El estallido de un camión bomba en una gasolinera de al-Hilla, al sur de Bagdad, ha causado la muerte de al menos 100 personas, según fuentes policiales y de los servicios médicos iraquíes. El Estado Islámico se ha atribuido la autoría del atentado.
Se trata de un ataque suicida perpetrado en una gasolinera con un restaurante adyacente donde numerosos fieles iraníes descansaban tras regresar de un peregrinaje a Arbain, en la ciudad sagrada chií de Kerbala.
El atentado, que provocó más de una treintena de heridos, habría sido obra del grupo terrorista Estado Islámico (EI), según la agencia de noticias Amaq, afiliada a los yihadistas.
La mayor parte de las víctimas son peregrinos iraníes que acudieron a Irak para la conmemoración de los cuarenta días del aniversario de la muerte del imán Husein, fallecido en el año 680, y que se disponían a regresar a su país.
Este año millones de fieles chiíes -iraquíes y extranjeros- han tomado parte en esa celebración religiosa, a pesar de la frágil situación de seguridad que vive Irak.
La fuente detalló que el coche bomba estalló junto a una gasolinera, a cien kilómetros al sur de Bagdad.
La explosión también causó daños materiales y el incendio de vehículos y edificios próximos al lugar del ataque.
Por su parte, Amaq anunció que el EI está detrás de este nuevo atentado contra los chiíes, que suelen ser blanco de ataques de la organización yihadista.
En una breve nota difundida a través de internet, Amaq afirmó que más 200 “visitantes chiíes” murieron y resultaron heridos en una “operación de martirio (perpetrada) con un vehículo bomba en las afueras de la ciudad de Al Hala”.
Ayer, el EI perpetró varios ataques en diferentes barrios de la capital iraquí, que causaron al menos siete muertos y dieciocho heridos, señaló una fuente de seguridad.