La Asamblea Nacional de Cuba aprobó este sábado por unanimidad la versión definitiva del proyecto de la nueva Constitución de la República, la cual fue modificada en alrededor del 60 por ciento, aunque se mantuvieron los aspectos esenciales que definen el rumbo socialista del país.
El texto aprobado este sábado será sometido a referendo el 24 de febrero de 2019, en el que podrán votar los cubanos mayores de 16 años.
Entre los cambios hechos tras tres meses de consulta del texto con la ciudadanía destacaron la reincorporación del comunismo como paradigma de la sociedad, que fue eliminada en la versión de julio, en la primera sesión parlamentaria dedicada al tema.
Al explicar la adición del concepto en el preámbulo de la nueva Constitución, el secretario del Consejo de Estado, Homero Acosta, dijo que su eliminación había originado numerosas opiniones internacionales augurando un cambio radical en la sociedad cubana. La propuesta de reincorporación fue hecha por 575 personas.
Asimismo, en el proyecto de la legislación se mantuvo el papel del Partido Comunista de Cuba como fuerza dirigente de la sociedad, aunque se añadió el calificativo de política.
Del texto original fue eliminada la definición del matrimonio «entre dos personas” (sin determinar el sexo). La definición de los sujetos que conforman el matrimonio se transfirió para el Código de Familia, que debe ser reformado y sometido a referendo en un plazo máximo de dos años.
En contra del enunciado inicial, que no consideraba al matrimonio como la tradicional “unión entre un hombre y una mujer”, se pronunciaron 783 mil 174 cubanos.
El proyecto mantuvo el reconocimiento del papel del mercado y de la inversión extranjera y consignó entre las formas de propiedad la privada, aunque precisó que es “complementaria” de la socialista, eje de la economía nacional.
Tras cinco días de debates, los diputados adicionaron asimismo la definición de Cuba como un Estado laico, en sustitución del calificativo de ateo consignado en la Constitución vigente desde 1976.
Acosta defendió el actual sistema electoral de la isla, al explicar la ausencia de la propuesta de 12 mil 264 personas de que la elección del presidente sea de manera directa y secreta.
En la actualidad, el presidente de Cuba es elegido por los miembros del Parlamento, una elección de segundo grado “que existe en muchos países”, precisó Acosta, con la diferencia de que en Cuba el candidato “es electo desde la base” hasta llegar a ser diputado.
Todos los parlamentarios presentes votaron sí por el proyecto, en una sesión que encabezaron el presidente Miguel Díaz-Canel y el primer secretario del Partido Comunista, Raúl Castro, transmitida en vivo por la televisión estatal.