Los curas no están obligados a señalar los abusos sexuales a menores revelados en el confesionario, declararon este martes los jefes de la Iglesia católica de Australia, que preferirían ir a la cárcel antes que romper el secreto de confesión.
Estas declaraciones se hicieron tras una investigación nacional realizada por una comisión real durante más de cuatro años sobre las respuestas institucionales a los abusos pederastas.
El trabajo condujo a 85 propuestas de reforma, publicadas el lunes, que prevén entre otras cosas penalizar que no se denuncien dichos casos, incluso aunque se haya tenido conocimiento de ellos a través de la confesión.
“No debe haber exenciones, excusas, protecciones o privilegios respecto a los delitos atribuidos al clero”, señala el informe de la comisión real.
Uno de los responsables de mayor rango del clero australiano, el arzobispo de Melbourne, Denis Hart, consideró que la confesión era una parte fundamental de la libertad religiosa y, al ser preguntado sobre si los curas deberían ir a la cárcel antes de romper el secreto de confesión, dijo: “Yo lo haría”.
“Se trata de una comunicación sacro-santa que emana de un orden superior y que los curas deben respetar por naturaleza. Ellos nunca harían algo que perjudique a los niños”, consideró.
“Si una ley dice que debo divulgar eso […] voy a negarme a aplicar la ley”, declaró por su parte el cura jesuita y abogado Frank Brennan al diario The Australian.