Armenia celebra este viernes el centenario del genocidio perpetrado contra su población por Turquía en 1915. La conmemoración se produce al día siguiente de que la iglesia armenia canonizara a millón y medio de armenios muertos en la masacre perpetrada por el Gobierno otomano. a celebración se realiza ante las críticas de Turquía, cuyo gobierno sigue rechazando el término genocidio.
Pese a las presiones de Ankara, una veintena de países, entre ellos Francia y Rusia, han reconocido que lo ocurrido entre 1915 y 1017 fue un genocidio. El presidente alemán, Joachim Gauck, ha realizado el primer reconocimiento por parte de Alemania del genocidio armenio. Por su parte, el Parlamento de Austria, un país que durante la Primera Guerra Mundial fue aliado del imperio otomano, ha realizado un minuto de silencio en memoria de las víctimas.
Cientos de miles de personas participarán este viernes en Ereván, la capital de Armenia, en una ceremonia conmemorativa en el Memorial de las víctimas del genocidio. Entre los invitados estarán el presidente ruso, Vladimir Putin, y el francés, François Hollande. En la delegación francesa estaba además el cantante Charles Aznavour, de origen armenio.
En su discurso, el presidente armenio, Serge Sarkissian, ha “agradecido” la presencia de líderes mundiales ý se ha comprometido a que lo ocurrido hace un siglo “nunca será olvidado”. Mientras, el mandatario ruso ha afirmado que “nada puede justificar la masacre de masas; hoy nos recojemos junto al pueblo armenio”.
Por su parte, el presidente francés ha asegurado que “Francia se inclina” ante las víctimas de la masacre.
En paralelo, la diáspora armenia ha celebrado ceremonias conmemorativas en ciudades como Los Ángeles, Estocolmo, París, Beirut y Jerusalén.
“A millones, nuestro pueblo ha sido desarraigado y masacrado de una manera premeditada, por el fuego y por la espada, ha probado el fruto amargo de la tortura”, declaró el jueves el jefe de la iglesia armenia, el Catholicos Karekine II durante la ceremonia, que se celebró en una iglesia situada a escasos kilómetros de Ereván y que se considera la catedral cristiana más antigua del mundo.