No sorprendió en la Iglesia el anuncio del nuevo proyecto para legalizar el aborto que hizo Alberto Fernández en el Congreso, ovacionado con efusividad por legisladores que lucían pañuelos verdes en sus bancas.
La Iglesia prepara su respuesta y la dará a conocer el domingo próximo, en la Misa por la Vida que los obispos celebrarán, a las 11, en la Basílica de Luján para renovar públicamente su rechazo al aborto y dar un mensaje de cercanía a las mujeres, especialmente las que enfrentan situaciones de vulnerabilidad.
«El aborto no es una moneda de cambio», deslizó, tras el discurso presidencial, una fuente eclesiástica, en referencia al proyecto de los 1000 días que también anunció Fernández para garantizar la atención de las mujeres embarazadas, en contextos de vulnerabilidad, que decidan tener sus hijos.
Los obispos coinciden en que el aborto es un tema que abre grietas. Hace unos días, el presidente del Episcopado, Oscar Ojea, pidió «un debate sin agresividades, ni descalificaciones» hacia las opiniones diversas.
«La Iglesia no tiene una postura anti-derechos porque esté en contra del aborto. Acompaña a la mujer en la defensa de sus derechos y reclama por las situaciones de discriminación, abuso, maltrato y trata de personas», afirmó una voz cercana al pensamiento de los obispos.
La figura del papa Francisco no estará ausente en la campaña que la Iglesia promoverá para hacer oír su voz.
«¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar un sicario…?». Las frases de Francisco en el valioso y extendido reportaje que le hizo el periodista Jordi Évole en el programa «Salvados», en marzo de 2019, es uno de los fragmentos que la Conferencia Episcopal Argentina difundió en los últimos días por Twitter, para dar a conocer su pensamiento sobre este tema que divide aguas.
Apenas dos días después de recibir al presidente Fernández en el Vaticano, Francisco ratificó en el Ángelus de la plaza San Pedro, el 2 de febrero pasado, la necesidad de «respetar la vida humana desde su inicio hasta su fin natural», ratificando la posición de que el aborto no es para la Iglesia un tema negociable.
Además de alentar a las organizaciones católicas y laicas a participar de las instancias de debate público, la Iglesia argentina librará la batalla en las redes sociales. «El magisterio de Francisco sobre el aborto es amplio y muy rico, y hay que darlo a conocer», es la explicación episcopal.
«El Presidente fue directo y explicitó su postura, al justificar el aborto como una solución a un problema de salud pública. La Iglesia aspira a que su voz también sea escuchada», explicó una fuente cercana al obispo Ojea.
Y, según dejaron trascender en un diálogo con La Nación, entienden que «no ayudan actitudes como la del ministro de Salud, Ginés González García, presentando el protocolo sobre el aborto rodeado de pañuelos verdes», ni las diputadas abortistas cantando que van a quemar la Catedral».
«Nosotros seguiremos diciendo, como enseña Francisco, que ninguna vida es descartable y que el primer derecho humano es el derecho a la vida».