El presidente Mauricio Macri recibirá en próximo viernes a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), que le llevará sus saludos por las fiestas navideñas, tras un año en el que la Iglesia católica siguió de cerca la situación social y actuó como virtual garante en el diálogo que el Poder Ejecutivo mantuvo con organizaciones sociales.
El encuentro está agendado para las 16:00 en la quinta presidencial de Olivos, adonde concurrirá la comisión ejecutiva del Episcopado que preside el arzobispo de Santa Fe, monseñor José María Arancedo, acompañado por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli; el arzobispo de Salta, monseñor Mario Antonio Cargnello, y el arzobispo de Chascomús, monseñor Carlos Malfa.
El encuentro, en principio, estaba previsto para mañana a las 15:30, en la Casa Rosada, pero a media tarde se postergó para el viernes.
Los obispos vienen de emitir la semana pasada un mensaje navideño, en el que hicieron un “llamado apremiante” dirigido “a los que tienen algún grado de decisión en la economía argentina para que inviertan en fuentes de trabajo dignos y bien remunerados”, y advirtieron que “los cálculos mezquinos, la especulación financiera y la subordinación del bien común a intereses electorales no responden a las expectativas y hacen mucho daño al país”.
El mensaje fue bien recibido por el gobierno de Macri, que considera que el llamado de la Iglesia es “amplio, dirigido a todos los sectores y no exclusivamente” al Poder Ejecutivo.
“Hay coincidencias entre lo que piensa el gobierno y la Iglesia, y ese mensaje acompaña lo que viene diciendo el gobierno. Coincidimos en el diagnóstico y estamos trabajando para poder revertirlo. La opinión de la Iglesia es bienvenida porque es un actor
social importante”, señalaron a Télam fuentes oficiales que tienen línea directa con los obispos.
Los obispos se juntarán antes del encuentro con Macri para ultimar los detalles del encuentro, pero “no llevarán reclamos ni temas específicos”, aunque sí le dejarán una copia de la declaración difundida días atrás, titulada “Jesús entra en nuestra casa para quedarse”, según adelantaron fuentes episcopales.
Será el tercer encuentro entre el Episcopado y Macri desde la asunción del gobierno: el primero fue el 17 de diciembre del año pasado, apenas iniciada la gestión; y el segundo el 13 de mayo, cuando los obispos le llevaron el último documento sobre el Bicentenario de la Independencia.
“Será una buena oportunidad para hacer un balance positivo del año, de mucho trabajo conjunto y tirando todos para el mismo lado”, dijeron las fuentes oficiales.
De esta manera, se refirieron a la relación del gobierno con los integrantes de la Pastoral Social, que actuaron como virtuales garantes en el diálogo que el gobierno afianzó con las organizaciones sociales, y que derivó en la declaración de la emergencia social, así como el diálogo fluido que mantuvieron durante todo el año con la comisión ejecutiva de la CEA.
En un último gesto de acercamiento, el gobierno adoptó como propio un pedido concreto que había hecho la Iglesia en noviembre -más concretamente los curas que trabajan en las villas de emergencia- y declaró por decreto la emergencia nacional en adicciones, hecho que fue calificado como un “paso adelante” por la Iglesia, que pidió un plan de largo plazo y la asignación de más recursos para poder dar una respuesta integral a la problemática.