En los años 70, algunas escuelas de Catalunya apostaron por la catalanidad, la laicidad, la democratización y la coeducación. Cuando venía un inspector, un sistema de alerta (se apagaban y encendían las luces) avisaba a los maestros. Los niños sacaban un libro en castellano preparado para la ocasión y, así, el inspector no veía que la clase se estaba haciendo en catalán. El ministro Wert quiere ayudarnos a rescatar las antiguas tradiciones. Además de recuperar el libro escondido de castellano, y por tanto la lengua única, apoya la enseñanza con separación de sexos y recupera la cristiandad de nuestro pueblo. Estamos en el camino de conseguir rezar el rosario cada viernes, celebrar el mes de María, las vallas en el patio para preservar a niños y niñas de la depravación sexual que los asedia y el uso del uniforme y de la regla de madera del maestro para impartir disciplina como Dios manda. Ministro Wert, sea valiente. Imponga que cada mañana comience con un "Arriba España".
Jorge Cegarra (Maestro) (LLançà)