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Imagen de archivo de un crucifijo en un aula. — AFP

Años de visitas del obispo de Córdoba a colegios públicos colman la paciencia de asociaciones laicistas y sindicatos

Andalucía Laica y Ustea denuncian «reiterados incumplimientos de la normativa». El obispado asegura que cumple «escrupulosamente» con ella.

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, lleva años, prácticamente desde que llegó al puesto, en el año 2010, visitando con cierta regularidad colegios e institutos públicos de la provincia.

Estas citas, aunque son habitualmente aceptadas y, en algunos casos, promovidas por los consejos escolares de los centros, sin embargo, generan también polémica y no son –ni han sido– un tema pacífico en la comunidad educativa, ni entre madres y padres ni en los mismos colegios. Por ejemplo, en 2019 el consejo escolar de un centro, en Fuente Palmera, rechazó que acudiera el obispo.

Las organizaciones laicistas, como Andalucía Laica, y algunos sindicatos educativos, como Ustea, están en contra porque consideran que sirven para hacer proselitismo y para «evangelizar» y que tales asuntos deben estar fuera de la escuela pública. Este miércoles han denunciado en un comunicado los «reiterados incumplimientos de la normativa».

«Es fundamental que en los centros educativos públicos se enseñen materias formativas, no contenidos religiosos o ideológicos. Defendemos que las religiones deben tratarse fuera del horario escolar», afirma Ángel Naz García, de Ustea.

El obispo ha mantenido que es una «obligación» para él hacer esas visitas. El obispado de Córdoba ha afirmado a Público que el objetivo que tienen estas visitas que llama «pastorales» es «conocer las necesidades de las personas de cada territorio y participar en la actividad […] de parroquias y grupos de fieles».

Y «en el caso de las visitas a los colegios», añade el obispado, se «reúne con los alumnos de religión atendiendo la normativa vigente, igual que otras muchas personas e instituciones que se hacen presentes en los colegios». 

Fernández, de hecho, el próximo día 25 de enero tiene previsto acudir a Benamejí, una localidad de la Subbética de 4.974 habitantes. La cita, anunciada como «visita pastoral» a la parroquia de la Inmaculada Concepción, incluye también la visita a un colegio público, lo que ha generado alguna agitación y polémica en el pueblo.

Público ha recabado la opinión de una madre que tiene a su hijo en el colegio que el obispo tiene previsto visitar y que prefiere el anonimato: «Mi niño no da religión y el día de la visita del obispo a la hora prevista tiene matemáticas y se tiene que respetar su horario. Creo que la hora de religión se tiene que dedicar a inglés, que vamos cortitos y en los colegios no se debe impartir ninguna religión. Además, la asignatura de Atención Educativa, que es la de alternativa a la religión, es una hora perdida en realidad».

Estas visitas, según indica una profesora a Público «no tienen ningún sentido pedagógico». «En Córdoba –añade– lo hacen desde hace muchos años. Hace años tocó en mi colegio. Lo hacen como visitas que promueve el Obispado. El Obispado llama a un centro diciendo que van a ir. Y en el centro lo integran, lo camuflan como una visita al alumnado de religión. Pero en otras ocasiones el obispo visita el centro en general. Esa visita no tiene sentido pedagógico alguno ni se integra en ninguna asignatura. La visita se desarrolla como protocolaria muchas veces. Se pasea por allí, se le da un ramo de flores…».

En España, el 46% de los alumnos de centros públicos de educación primaria elige la asignatura de religión católica, un 0,86% la musulmana, un 0,64% la evangélica y un 51,9% no cursa religión, según los datos del Ministerio de Educación. El porcentaje de alumnos que eligen Religión Católica cae al 41,7% en la Secundaria y al 31,24% en el Bachillerato.

En Andalucía el porcentaje es mucho mayor en las tres etapas educativas: el 68,4% elige religión católica mientras que un 29,8% no cursa religión: el resto otras religiones. Las cifras se mantienen altas en Secundaria, un 59,3% elige Religión Católica, y en Bachillerato, cuando lo escoge un 63,8%. Solo en Extremadura cursa más alumnado esta asignatura.

Visita a Rute

En noviembre del año 2010, meses después de que el obispo accediera al puesto, el Gobierno andaluz, entonces en manos del PSOE, envió misivas a las direcciones de colegios para regular estas visitas.

En estas cartas, que llevaban por asunto «instrucciones sobre la visita del obispado», la delegación de Educación, el jefe de la inspección, instaba a seguir una serie de reglas.

Por un lado, la actividad «respetará la opción religiosa o no manifestada por las familias». Por otro, el acto «debe enmarcarse en la programación de la materia Religión Católica, por lo que afectará exclusivamente al alumnado que curse esta enseñanza».

Además, la actividad ha de ser «conocida y aprobada por el Consejo Escolar». Y, por último, «el alumnado no participante en la actividad recibirá la deuda atención educativa de forma continuada y respetando la planificación y funcionamiento ordinario del centro».

Andalucía Laica interpreta que estas misivas siguen siendo la referencia jurídica del asunto, algo que no está claro para la administración educativa, que distingue entre aclaraciones e instrucciones generales y que en las visitas se incumple sistemáticamente lo allí expresado.

«La administración educativa no quiere problemas con la Iglesia. El PSOE no lo hacía y esta administración [del PP] tampoco. Hacen la vista gorda con su propia normativa. Se cumple donde hay un director que hace que se cumpla porque algunos directores sí la cumplen», afirma a Público Antonio Bujalance, de Andalucía Laica.

«No se puede hacer lo que hacen, montar una parafernalia, convocar a todo el alumnado en el salón de actos y que este señor haga proselitismo. Esa es la situación», abunda José Antonio Naz, presidente de Andalucía Laica.

«El planteamiento –remacha Naz– es muy sencillo: en pleno siglo XXI, teniendo en cuenta la realidad, rechazamos que se dediquen una serie de horas del tiempo escolar a evangelizar, en vez de dedicarlo, por ejemplo, al segundo idioma que han quitado ahora. El colmo es que se permita este tipo de evangelizaciones en horario lectivo y que se interrumpa el transcurso de la jornada escolar».

La última visita del obispo Fernández fue a Rute hace una semana, y según denuncian Andalucía Laica y el sindicato Ustea, en ella se incumplió el protocolo: «El alumnado vio como sus horas lectivas de clase quedaban interrumpidas por la visita del obispo».

«Tenemos constancia de innumerables incumplimientos a lo largo de los años, se producen más incumplimientos que cumplimientos de la normativa», afirmó Bujalance a Público. El obispado aseguró, por el contrario, que en sus visitas se «mantiene un escrupuloso respeto a la normativa«.

Las organizaciones laicistas señalan además que Fernández no es un obispo cualquiera, sino que tiene un perfil ultra. Este en efecto, ha hecho manifestaciones polémicas en numerosas ocasiones. Sus diatribas han ido contra la fecundación in vitro, contra el aborto, contra los homosexuales, lo que causó denuncias contra él.

En el comunicado hecho público este miércoles, tanto Andalucía Laica como Ustea denuncian también que «en la página de Facebook de la Parroquia Catalina Mártir de Rute se ha publicado numeroso material gráfico de esta visita, contraviniendo también la privacidad y la imagen de menores de edad y, doblemente grave, en un espacio escolar: el señor obispo no puede olvidar cuando visita un espacio público que está obligado, como los demás, al estricto cumplimiento de los protocolos establecidos».

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