Lamenta la “discriminatoria hipocresía” de las autoridades francesas y del deporte
Es una norma “discriminatoria” que “controla lo que visten las mujeres”, “viola los derechos humanos de las mujeres y niñas musulmanas”, según afirmó en un comunicado de la organización
La respuesta de la organización una semana después fue que esta prohibición impuesta por Francia “está fuera de las competencias del movimiento olímpico”, aunque reconoció que “la libertad de religión es interpretada de formas muy distintas por los diferentes Estados
La prohibición de competir en los Juegos Olímpicos a las atletas francesas que usan velo (hiyab) infringe el derecho internacional y muestra para Amnistía Internacional (AI) la “discriminatoria hipocresía” de las autoridades y la “cobarde debilidad” del Comité Olímpico Internacional (COI).
En Francia la prohibición de cubrirse la cabeza con cualquier prenda religiosa para las mujeres musulmanas aplica en varios deportes tanto en las categorías profesionales como en las de aficionados.
“Viola los derechos humanos”
Para la investigadora de AI sobre los derechos de las mujeres, Anna Bluś, es una norma “discriminatoria” que “controla lo que visten las mujeres”, “viola los derechos humanos de las mujeres y niñas musulmanas”, según afirmó en un comunicado de la organización.
A diez días de la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París, Blus insiste en que la prohibición francesa “afecta terriblemente” a la participación de las mujeres musulmanas en el deporte.
AI ya publicó el informe “Ya no podemos respirar. Incluso ya no podemos practicar los deportes’: Violaciones de los derechos humanos de las mujeres y niñas musulmanas por la prohibición del hiyab”, en el que se detallan los efectos que esa interdicción tiene para las mujeres y niñas musulmanas.
En concreto, el informe hace referencia al incumplimiento de “múltiples obligaciones” contraídas en tratados internacionales de derechos humanos en los que Francia es Estado Parte.
Menciona también los compromisos y valores establecidos en ese mismo ámbito por el propio COI, que hasta ahora ha declinado pedir a las autoridades deportivas que anulen el veto del hiyab a las atletas durante los torneos olímpicos.
Esa petición de anulabilidad fue transmitida en una carta emitida por miembros de ‘Sport & Rights Alliance’ y ‘Basket Pour Toutes’ a mediados del pasado junio al COI, en la que exponen que la situación afecta a deportes como fútbol, baloncesto, judo, boxeo, voleibol o bádminton y ha dado lugar a que atletas musulmanas sean “discriminadas”, “invisibilizadas”, “excluidas” y “humilladas”.
El COI se desentiende
La respuesta de la organización una semana después fue que esta prohibición impuesta por Francia “está fuera de las competencias del movimiento olímpico”, aunque reconoció que “la libertad de religión es interpretada de formas muy distintas por los diferentes Estados”.
En cambio, AI tras examinar los reglamentos de 38 países europeos ha concluido queFrancia es el único que ha establecido el veto sobre el uso de tocados religiosos, ya sea a través de legislación nacional o normativa deportiva específica.
Se trata de una “infracción clara de la Carta Olímpica y de sus valores y disposiciones, y una violación de nuestros derechos y libertades fundamentales” para la jugadora de baloncesto, Hélène Bâ, quien no puede competir desde octubre de 2023, y quien considera que la prohibición del hiyab en los JJ.OO. será un “momento bochornoso para Francia”.