Uno de los temas que ha dominado los debates sobre el futuro de Brasil este año es el de la religión. Ambos candidatos a la presidencia, cuya contienda definitiva tendrá lugar este domingo 30 de octubre, han apelado a argumentos religiosos y de moral cristiana para conseguir el apoyo de los electores. Sendos aspirantes se han mostrado rodeados de sacerdotes y pastores, recorriendo templos e iglesias de todo el país durante sus actos proselitistas. Jair Bolsonaro hizo de “Dios y familia” uno de los estandartes de su campaña, apelando a lemas tales como “Brasil por encima de todo y Dios por encima de todos”. Lula da Silva, por su parte, se declaró creyente y en contra del aborto, en un intento por ganar la simpatía del público religioso, especialmente, de los votantes evangélicos.
De los ocho países más poblados de América Latina incluidos en este gráfico, Brasil es donde más personas se identifican como evangélicos, de acuerdo con los datos de 2020 de Latinobarómetro. Casi uno de cada cuatro brasileños a los que se les preguntó qué religión tenían respondieron mencionando alguna de las variantes del evangelismo, ya sea pentecostal, bautista, metodista o sin especificar. En Sudamérica, sólo Brasil y Venezuela sobrepasan el 20% en la cantidad de encuestados que se definen como evangélicos.
México es uno de los países latinoamericanos con la mayor cantidad de encuestados que profesan la fe católica, con un 74% de las respuestas, mientras que menos del 5% adhiere al evangelismo. Argentina y Chile, en tanto, destacan por la gran cantidad de personas que declaran ser ateas, agnósticas o sin religión, con casi el 40% de los encuestados.
