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Aunque el 80% de su superficie de Irán es desértica desde hace miles de años que sus habitantes han sabido adaptarse perfectamente a un medio tan hostil. Como era necesario dominar ese desierto agreste y convertirlo en un vergel se construyeron túneles de agua o qanats, una maravilla de la ingeniería que surca la mayor parte del territorio iraní con una extensión comparable a la distancia que hay entre la tierra y la luna.
El padre espiritual de La República Islámica de Irán es el Ayatola Jomeini, un sabio sufista paradójicamente amante de la guerra santa. En su el libro “Ideas para un Gobierno Islámico” reafirma que política y religión son inseparables. La teocracia chiita fundamenta su existencia en el armamentismo en defensa de la revolución (como se demostró en la guerra Irán-Iraq). El Imam Jomeini es el principal ideólogo y propagandista de la yihad y el martirio (el martirio de Hussein es el origen de la teología) “La vida es despreciable y la muerte el principio de la existencia genuina” Lo más decisivo es alcanzar la gloria en el más allá, o sea, la eternidad que es el premio más grande que les espera a los “soldados de Allah”. Para lograrlo el “imam escondido” los guiará en ese camino. Si queremos comprender los entresijos que se esconden en lo profundo del alma tenemos que asumir que estamos en otra dimensión completamente distinta. No corre el año 2024 sino el 1445 de la hégira. Persia es una de las civilizaciones más antiguas e históricamente el primer imperio del mundo. Y no hemos caído bajo su yugo porque cuando Jerjes I quiso invadir el imperio griego fue derrotado en la batalla de Salamina en el 480 a.c.
Los chiitas sostienen que el imam Hussein, martirizado en la batalla de Kerbala, es el verdadero el sucesor del profeta Mohamed. De ahí se origina la confrontación entre sunitas y chiitas y por eso su principal enemigo es el reino de Arabia Saudita. La Ashura simboliza la batalla eterna entre el bien y el mal; y el bien y sus valores puros lo representa Irán, claro. Todos estos movimientos guerreristas que estamos padeciendo no son más que señales de la venida del Mahdi que se encuentra oculto para proteger su vida. Este es el duodécimo y último imam Muhammad al-Mahadi, descendiente del profeta, que volverá muy pronto como su redentor y después de un periodo de clemencia y misericordia se consumará el fin de los tiempos. Por esta razón hay que preparar el mundo para la venida del Mahdi, el mesías salvador de la humanidad. El mesianismo coránico guía el destino del pueblo iraní.
Los ayatolas saben de antemano que no basta con orar en las mezquitas implorando la misericordia de Allah y la protección del profeta Mohamed, sino que debían prepararse para la gran batalla, tal vez, la última gran batalla antes del fin de los tiempos, el Armagedón.
¡Alerta!. Irán es un país totalmente militarizado, disciplinado y en perpetua vigilancia porque el enemigo nunca duerme. Los hijos del Imam Jomeini se mantienen en guardia; rezan, oran, apuntan y disparan sin compasión. Preparados psíquica y mentalmente para al suicidio colectivo pues con diferencia son los mejores amantes de la muerte. Por eso han sido elegidos por Allah para purificar el mundo de esos satánicos ”kufares”
Armarse hasta los dientes es la única manera de defender la revolución islámica. El ejército iraní Artesh, Sepah y la policía está integrada por 960.000 efectivos, los Pasdaran o Guardia Revolucionaria por 1000.000 cuya misión es la protección del islam y el evitar cualquier agresión extranjera, las Fuerzas al Quds obedecen las órdenes del Ayatola Ali Jamenei que también es el responsable de las milicias que operan en el exterior compuestas por unas 10.000 unidades (refugiados chiitas afganos, paquistaníes y veteranos de Siria e Irak que ganan un sueldo de 500 dólares mensuales) Entre los que sobresalen Kataib Hezbollah, Kataib Sayid al Shuhada, Asaib Ahl al Haq o Harakat Hezbollah al Nujaba en Irak,y la Fuerzas de Movilización Popular en Siria y los Hutíes zaidies Ansarolá. Este es el verdadero eje de la guerra santa contra el sionismo y el imperialismo europeo y norteamericano.
Los Basij Mostazafan (Movilización de los Oprimidos) es un cuerpo paramilitar de voluntarios creado por el Ayatola Jomeini. El líder supremo de la revolución llamó a formar un ejército de veinte millones de “soldados de Allah”. O sea, que cada ciudadano no solo es un combatiente más, sino un futuro mártir no importa su edad ni sexo o condición social. Los mulás se encargan de adoctrinar a las milicias Basij y a los miembros de la Guardia Revolucionaria el al Quds para que se sientan orgullosos de su sacrificio. La misión de las unidades especiales es la del control social (brigada contra el vicio y policía de la moral) represión de las protestas antigubernamentales y la persecución de conspiradores y apóstatas.
Comprometidos ciento por ciento en la defensa de la Revolución Islámica e incorporados en la estructura de la Guardia Revolucionaria que cuenta con un total de 12 millones de efectivos. Allí también están enrolados niños, niñas, jóvenes y hasta ancianos que por su edad no pueden acceder al servicio militar. Entrenados esencialmente en el más alto sacrificio: el martirio o suicidio individual o colectivo. “Soldados de Allah” dispuestos a inmolarse cual bombas humanas forradas de explosivos. Porque lo que realmente inhibe y disuade al enemigo es el terror. Como lo demostraron en la guerra contra Irak cuando se lanzaron en oleadas sobre los campos minados para abrir camino a los tanques entonando cánticos de la mítica batalla de Kerbala. Según lo reconoció el imam Jomeini “la guerra con Irak fue una bendición divina que nos dio la oportunidad de islamizar la sociedad y las instituciones. Y especialmente, organizar la Guardia Revolucionaria”.
El suicidio es un arma implacable e impredecible. Los kamikazes se colocaban una cinta elástica en la frente de color rojo grabada con versículos del Corán que los distinguía como voluntarios para el martirio. Además se colgaban una llave en el cuello (para entrar en el paraíso) y también se les entregaba una mortaja para que envolvieran piadosamente su cadáver. Solo los más valientes se inmolan con una sonrisa en los labios a sabiendas que el premio a su martirio será un oasis regado por ríos de leche y miel donde les espera el profeta Mohamed y las preciosas huríes. Cualquier oposición al régimen de los ayatolas es reprimida con ferocidad. Las cárceles están repletas de disidentes a los que generalmente acusan de ser agentes infiltrados de la CIA y el Mossad que mediante atentados terroristas o protestas callejeras intentan desestabilizar la República Islámica. El único destino del enemigo interno: espías, apóstatas o terroristas es el patíbulo pues irreversiblemente serán colgados en una grúa en plena plaza pública.
Hoy la crisis económica en Irán es muy desgarradora a causa de las sanciones internacionales por el incumplimiento del programa nuclear. EE.UU y la UE les prohíben exportar petróleo y gas, realizar transacciones monetarias, y los movimientos financieros con el sistema SWIFT. La disparada taza de inflación, que se halla entre las más elevadas del mundo, empobrece aún más al pueblo. Por culpa de esta situación socio-política tan delicada lo más inteligente es no lanzarse a una guerra abierta contra EE.UU, la OTAN o Israel.
El 55% de la población iraní tiene menos de 35 años y esto explica que esa juventud desencantada con un futuro incierto se haya progresivamente occidentalizando. La sharía ultraortodoxa de los ayatolas es rechazada con vehemencia por las nuevas generaciones que se rebelan contra las leyes de la “moral divina” que prohíbe los placeres sensuales de la blasfema modernidad.
En su lecho de muerte el imam Jomeini dictó sus últimas voluntades conminando a sus hijos en no cejar en el empeño de reconquistar al Quds-Jerusalén y liberar la sagrada mezquita de al Aqsa, uno de los lugares más sagrados del islam y donde el profeta Mohamed ascendió a los cielos. Es una terrible afrenta que haya caído en las garras de los infieles. Su deber como “soldados de Allah” es exterminar el sionismo y vengar la sangre derramada por los mártires.
Al Garb (occidente) desde épocas pretéritas es el enemigo a batir porque los cruzados odiadores del islam ofenden la dignidad de Allah y la memoria del profeta Mohamed. Los propagadores de la apostasía, el paganismo y el ateísmo encarnan el takfir que siembra la cizaña y el pecado, fomentan el libertinaje, el degeneramiento y la corrupción. Porque al Garb escupe su propaganda o el “estiércol del diablo” a través de internet y las redes sociales y esclavizan el alma de los buenos musulmanes induciéndolos al alcoholismo, la drogadicción, la homosexualidad, la prostitución o la pornografía. La revolución islámica está llamada a purificar el mundo de todos esos vicios terrenales. Esta es una guerra también espiritual entre el bien y el mal; la luz contra la oscuridad.
Desde el Congreso de los EE.UU, la oposición Republicana y hasta los halcones del Pentágono exigen una respuesta rápida y contundente contra la República Islámica de Irán. Porque lo esencial es atacar sus bases militares, lanzaderas de cohetes y el armamento táctico. No queda más remedio que neutralizar a los “terroristas” y eliminarlos porque sustentan y patrocinan “el eje del mal”: Hamas o la Yihad Islámica en la Franja de Gaza o Cisjordania, Hezbollah en el Líbano, las milicias pro iraníes de Siria o Irak, y los Hutíes en el Yemen. Acusan a Irán de ser el instigador, y planificador de esta guerra y sin duda alguna el autor intelectual de la operación “Diluvio de Al Aqsa” en Gaza”. Donald Trump ha prometido mano dura contra la “madre del terrorismo”, nada de contención ni ataques selectivos sino bombardeos continuos y letales.
Pero la suerte de la franja de Gaza está echada. No se ha podido frenar la agresión sionista puesto que ningún país musulmán se ha atrevido a realizar una intervención militar directa sobre el terreno. Apenas Hezbollah se ha limitado a hostigar la frontera norte de Israel con el lanzamiento de cohetes y algunas escaramuzas muy puntuales y poco efectivas. La operación antiterrorista de Israel no terminará hasta arrasar los pueblos y ciudades de la franja, la incautación de armamento, la demolición de los túneles, la aniquilación de los “yihadistas” y también de cualquiera que se atraviese en su camino ya que considera a la población civil “escudos humanos”. Esta es la única posibilidad de garantizar indefinidamente la seguridad y la tranquilidad del estado de Israel. Las fuerzas de ocupación sionistas ya han tomado la decisión de que al finalizar la campaña “Espada de Hierro” y tras conseguir la liberación de los rehenes, se establecerá un “nuevo orden” en la Franja de Gaza. En los escombros de ese gueto de refugiados se instaurará un gobierno provisional de facto bajo el mando de la IDF. Cuando se pacifique totalmente la zona y tras consumar el completo exterminio de sus enemigos se dará paso a un periodo de transición donde el poder político lo ejercerá una coalición de países árabes y tecnócratas del Banco Mundial que se harán cargo de su gobierno (una especie de protectorado) Igualmente se prohibirá la entrada de la Autoridad Palestina. El funcionamiento del enclave se le encomendará a las agencias de ayuda humanitaria de la ONU (excluyendo a la UNRWA por sus supuestos vínculos con los terroristas de Hamas) la USAID con un nuevo «plan Marshall», la ECHO de la UE, las ONGs y fundaciones de beneficencia que administrarán los servicios básicos y ayudarán a las labores de reconstrucción que prometen ser muy largas y costosas. Los gazaties tendrán que «reeducarse», es decir, que serán sometidos a un tratamiento de choque porque hay que “desradicalizarlos” y “desislamizarlos” para que respeten los derechos humanos y aprendan a convivir en paz con sus vecinos judíos. La franja de Gaza seguirá siendo un campo de concentración o “gueto de refugiados” cuyo control externo lo mantendrá Tel Aviv. Cualquier otra alternativa significaría la derrota de Israel.
La única opción que le queda a Biden para reelegirse hasta el 2030 es atacar directamente a Irán. La popularidad del presidente cae en picado. Por eso tiene que actuar con rapidez y enviar un mensaje de firmeza para intentar frenar a Donald Trump que se presenta como el favorito a las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre de 2024.
El día 28 de enero la base yanqui Torre 22 situada en territorio jordano fue impactada directamente por un dron suicida lanzado por Kataib Hezbollah que causó tres muertos y varias docenas de heridos entre la tropa estadounidense. Es un clamor tanto de Republicanos como de Demócratas que la respuesta sea un castigo ejemplar pues la potencia más poderosa de la tierra está siendo humillada. El 67% de los estadounidenses están a favor de la intervención ya sea aérea o terrestre para eliminar esa amenaza latente que se cierne sobre la civilización occidental. Y en especial brindarle protección a Israel que está siendo atacado por distintos frentes.
Una de las consecuencias de la invasión y el genocidio cometido por Israel en Gaza es que la conflagración bélica ya se ha extendido por Oriente Medio, Asia Central, y el mar Rojo. Y las proyecciones son muy pesimistas. Esa tensión y la amenaza constante y permanente es un obstáculo para el franco desarrollo de la economía capitalista. Estados Unidos y Israel están decididos a decapitar esa “monstruosa hidra del eje del mal”.
Irán es uno de los diez países en el mundo con una mayor inversión en defensa (guerra) En el 2023 dedicó 20% del gasto público con este rubro. Potencia militar de primer orden que en el último año duplicó sus gastos hasta los 50.000.000 de dólares y además ha logrado un alto desarrollo armamentístico hasta el punto que en el 2023 triplicó sus exportaciones. Ante el embargo a que están sometidos se han visto obligados a forjar alianzas con Rusia, Corea del Norte y China que les suministran armas, municiones, arsenales balísticos y sistemas de defensa antiaéreo. Irán se enorgullece y presume de su poder de disuasión: escuadrones de aviones Kosar, misiles antibuque Nasir, cohetes Talaeieh -que precisan solo 97 minutos para alcanzar Tel Aviv, drones Shahed (de producción nacional), cazabombarderos Mig y Sukhoi, aviones de combate Saeqeh, helicópteros Mi-28, tanques rusos T-90, vehículos blindados, submarinos suicidas, drones (aéreos y acuáticos) suicidas, lanchas suicidas, aviones suicidas. Aparte en instalaciones secretas acumula toneladas de armas químicas (munición tóxica y bombas de lanzamiento aéreo) armas de destrucción masiva cuya producción y almacenamiento está proscrita por la convención de la ONU de 1994 y que ni siquiera la declararon ante la OPAQ (organismo que verifica la destrucción de dichos arsenales)
El Primer Ministro israelí Netanyahu en una conferencia de prensa en Tel Aviv el 30 de abril el 2018 anunció que tiene pruebas concluyentes del programa secreto iraní para acceder al armamento nuclear. Criticó el acuerdo de 6 potencias con Irán para frenar el programa nuclear a cambio del levantamiento de las sanciones pues no es más que una farsa. El Mossad en una “gran hazaña” obtuvo miles de páginas de los archivos secretos iraníes originales “Proyecto Amad” (ocultos en un bunker en el distrito de Shorabad, al sur de Teherán. En este se asevera que ya están en capacidad de diseñar, producir y probar cinco cabezas nucleares cada una con diez kilotones de TNT (cinco bombas de Hiroshima en un misil balístico) Israel prioriza la guerra electrónica y cibernética, el espionaje y el dominio del espacio aeroespacial para en el momento menos pensado lanzar un ataque preventivo (por medio de sus ojivas nucleares de alto rendimiento) y destruir las instalaciones nucleares subterráneas, bases de misiles, silos de armamento y cuarteles de la Guardia Revolucionaria.
Ya se intuía por medio de la inteligencia occidental que Irán desde el 2014 ya había obtenido el material suficiente para construir una bomba atómica. Este es un programa ultrasecreto que ignoran los inspectores de la IAEA. Para hacerlo invulnerable lo ha repartido por distintos puntos de la geografía en búnkeres horadados en las montañas y túneles interminables donde se esconden miles de misiles y ojivas y quién sabe si también una o varias cabezas nucleares. El imam Jomeini es el directo inspirador de la “teología atómica”.
En la larga lista de los emplazamientos del programa nuclear caben destacar: la base aérea subterránea Águila 44, Anarak dedicada al almacenamiento de material radiactivo, Arak que tiene un reactor de agua pesada diseñado para producir plutonio, Ardakan donde se almacena combustible nuclear, Bonab la sede del centro de estudios nucleares, Chalus almacenamiento clandestino de posibles misiles nucleares, Darkovin reactor nuclear para la producción de energía eléctrica, Fardow planta subterránea (100 metros bajo la roca) que hace unos años enriquecía combustible de uranio al 60% de pureza para alimentar misiles nucleares. Allí también funcionan 3000 centrifugadoras, Lashkar Abad planta de separación de isótopos, Gchine una mina que produce 21 toneladas de uranio al año con capacidad de procesarlo para fabricar armas nucleares, Hemat y Bakeri fábrica subterránea de misiles, En Isfahan varios búnkeres que almacenan el uranio enriquecido al 60%, aunque los científicos esperan ansiosamente las órdenes del ayatola Jamenei para enriquecerlo al 90 % y crear un arma atómica, en Arak planta de fabricación de placas de combustible escondido entre las montañas y que cuenta con un reactor de agua pesada y planta de producción de circonio, en Khormoj base de misiles subterráneos, en Natanz tres platas de enriquecimiento de Uranio construidas a 8 metros de profundidad y blindada por una coraza de hormigón armado de 25 metros bajo el pico de una montaña en la cordillera central de los montes Zagros y resguardada por baterías antiaéreas que nos da una idea de lo que allí se oculta. Pero que no las hace inmunes si Israel decidiera atacarlo con una ojiva Jericho III, en Parchin complejo militar subterráneo que almacena material nuclear, en Shiraz fábrica subterránea de misiles que tiene capacidad fisible para fabricar una bomba nuclear (los informes del Pentágono revelan que podría desarrollar ese material fisible en menos de dos semanas) Ya no es un secreto la bomba atómica de Allah es una realidad. Pero Irán afirma que tiene derecho a desarrollar la energía nuclear para la paz. EE.UU y sus aliados -ya de por sí bastante desgastados por la guerra de Ucrania y Rusia- se encuentran dubitativos y temerosos porque nadie se atreve atacar directamente a Irán pues saben muy bien que sería el detonante de una guerra abierta en Oriente Medio y quizás un conflicto bélico a nivel mundial. Además, los Ayatolas están decididos a bloquear el estrecho de Ormuz y el del Bab al Mandab, rutas vitales para el comercio y el abastecimiento de crudo y gas para Occidente. Entonces estallaría una crisis petrolífera como la de Yom Kippur en 1973 que traería como consecuencia un fuerte efecto inflacionista y una profunda recesión económica.