El Gobierno, preocupado por el aumento del número de jóvenes que abrazan el islamismo Berlín revisará las razones por las que puede expulsar a inmigrantes de su territorio
Un vídeo grabado en siria y que circula por internet ha disparado en Alemania el debate sobre un urgente endurecimiento de la ley de Extranjería. En el citado vídeo, un joven alemán convertido al salafismo llama a los musulmanes en Alemania a atentar contra instalaciones nucleares en este país. El Ministerio de interior ha reconocido que "toma en serio" estas amenazas y el portavoz en materia de Interior de la Unión Cristianodemócrata (CDU), el partido de Merkel, se ha puesto a trabajar en una normativa en la que resulte más fácil a Alemania expulsar a los extranjeros de su territorio. "Debemos erradicar un mal entendido concepto de tolerancia", ha dicho Wolfgang Bosbach.
Actualmente, el Estado alemán puede expulsar a ciudadanos extranjeros condenados al menos a tres años de cárcel, que pertenezcan a una organización que apoye el terrorismo o que hayan falseado datos personales en el momento de obtener su permiso de residencia. Con estos motivos, fueron expulsados en 2012 un total de 4.290 extranjeros que posteriormente no pueden volver a entrar en el país durante un periodo determinado de tiempo que se establece caso por caso. El proyecto de ley en estudio permitiría también la prohibición definitiva.
"El listón de condiciones para expulsar a un extranjero está demasiado alto", defiende Bosbach. "Cualquier persona condenada a un año de prisión o sencillamente cuando justifica la persecución por motivos religiosos o políticos de forma pública debería poder ser expulsado", continúa, seguramente teniendo en mente a varias docenas de miembros de la minoría iraquí yazidí refugiados en Alemania que ayer salía de nuevo a las calles de Herford y Bielefeld para protestar contra el autoproclamado Estado Islámico (EI) y que en protestas anteriores similares a estas han sido atacados hasta con cuchillos por simpatizantes de las milicias terroristas de EI.
Alemanes combatiendo en Siria
La inteligencia alemana calcula además que hay unos 320 ciudadanos alemanes combatiendo en estos momentos en Siria, financiados en su mayoría por dinero que llega desde Arabia Saudí. Los expertos en terrorismo muestran una creciente preocupación por la dificultad que supone para las autoridades seguir los pasos de estos jóvenes, una vez regresan a Alemania con la misión de continuar la guerra santa en casa. "Estas personas no solamente son peligrosas en el extranjero, sino también aquí", advierte el diputado socialdemócrata Dieter Wiefelspütz.
El Ministerio de Interior alemán reconoce una nueva situación de seguridad en la que, "en vez de por grandes organizaciones, nos estamos viendo atacados por elementos aislados o grupos muy pequeños que se radicalizan solos, una tendencia sumamente intranquilizadora". Esos yihadistas curtidos en batallas y que vuelven de la guerra civil de Siria no son ya una "amenaza abstracta" sino un "peligro mortal" para Europa, declaró recientemente el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière: "Teníamos el miedo de que aquellos que vuelven del conflicto sirio puedan planear ataques aquí. Ahora sabemos que esos temores están bien fundado.
Un atentado frustrado en Bonn
El jefe del BfV, Hans-Georg Maassen, ha confirmado que antes de Navidad fue evitado un ataque islamista en Bonn que podía haber causado grandes daños y que "Alemania y el resto de Europa siguen siendo su objetivo". Alemania ha introducido programas antirradicalización, pero apenas logra contrarrestar el efecto de euforia que desatan en las redes sociales lo que los combatientes alemanes experimentan "hora a hora". "Están publicando fotos espantosas de ejecuciones, de cabezas cortadas… Es impactante ver el número de 'me gusta' y enlaces, y demuestra que hay un grupo en Alemania que está listo para actuar aquí", dice Maasen, que estima que hay unos 43.000 islamistas en Alemania pendientes de ese flujo de información.
El portavoz del grupo parlamentario de Los Verdes, Volker Beck, denuncia sin embargo que a la sombra de esta realidad evidente se está proponiendo una reforma legal que afectará de forma indiscriminada a todos los extranjeros residentes en Alemania y que supondrá una reducción de sus derechos. "La simple retirada del pasaporte o una limitación de movimientos bien visible en los documentos de identidad, medidas que pueden establecerse en casos particulares, servirían para atajar ese peligro, sin necesidad de reformar una ley entera", critica, aunque admite que la sociedad multicultural alemana "ha de afrontar que los inmigrantes y los refugiados no sólo traen consigo su fuerza de trabajo o su necesidad de ser protegidos, sino también, algunos de ellos, sus convicciones extremistas".
Musulmanes en una mezquita en Hamburgo preparándose para rezar. REUTERS
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