2.500 párrocos y diáconos alemanes ya se han unido al día para la bendición de todos los enamorados, incluidas las parejas homosexuales. Es el reto que la Iglesia alemana lanza a Roma tras el “no” a la bendición de las uniones gay.
Los “católicos” teutónicos se molestaron, y no poco, por la posición de la Congregación para la Doctrina de la Fe contra la bendición de las parejas homosexuales. Una simple congregación romana se atrevió a obstaculizar el camino sinodal de la iglesia que sostiene el Geist: inaudito.
Y así, sin demasiadas palabras, la oposición, ahora claramente cismática, corrió a reparar, organizando para el próximo 10 de mayo una jornada de bendición para todos los enamorados, incluyendo claramente a las parejas homosexuales, principal objeto de la disputa. Organización, obviamente, al estilo alemán: creación de un sitio web con el título “originalísimo” #liebegewinnt (el amor gana), a través del cual es posible inscribirse como individuos y como parroquias. También está presente el mapa de Google, con banderas para identificar los lugares donde se pueden encontrar las celebraciones de bendición: una sugerencia para que los siete ángeles de las copas de la ira divina no pierdan el blanco…
Después de las declaraciones críticas al Responsum de la Congregación de parte del cardenal Reinhard Marx, el presidente de la Conferencia Episcopal Alemana, Mons. Georg Bätzing, el Obispo de Osnabrück, Mons. Franz-Josef Bode y el Obispo auxiliar de Münster, Mons. Dieter Geerlings, se pasa entonces a los hechos. Y se hace con una intención polémica decididamente clara: “Ante la negativa de la Congregación para la Doctrina de la Fe a bendecir a las parejas homosexuales, nosotros alzamos la voz y decimos: acompañaremos también en futuro a las parejas que tengan una relación estable y bendeciremos su relación. No les negaremos una ceremonia de bendición” (ver aquí). El subrayado de la bendición de la relación surge por tanto como un rechazo explícito a la columna vertebral del Responsum del pasado 22 de febrero, en el que se especificaba que el problema de tales bendiciones no radica en las personas individuales, sino en las “relaciones, o […] incluso las parejas estables, que implican una práctica sexual fuera del matrimonio (es decir, fuera de la unión indisoluble de un hombre y una mujer abiertos en sí mismos a la transmisión de la vida), como es el caso de las uniones entre personas del mismo sexo”.
En concreto, la iniciativa del 10 de mayo es una invitación “a utilizar numerosos carteles creativos que muestren cuantas personas en la iglesia perciben como un enriquecimiento y una bendición la variopinta diversidad de proyectos de vida y las historias de amor de las personas”, organizando “un servicio de bendiciones en muchos lugares, preferiblemente en contemporáneo, a las 19:00. Las parejas que participarán en esta ceremonia deben recibir la bendición que Dios quiere regalarles, sin esconderse”.
Ya son unos 2.500 párrocos, diáconos y operadores pastorales que se han sumado a la iniciativa y se han puesto a disposición para producir fragantes bendiciones, porque, después de todo, el amor es amor … Este es de hecho el nivel “argumentativo” de los promotores de las iniciativas locales. Se lanza un #segentogo en Schweinfurt, una “bendición para llevar”, ofrecida “a ti y a tu pareja, sin importar a quién ames, cuánto tiempo llevan juntos, si las cosas van bien en este momento o si estás pasando por una fase difícil”. En señal de inclusión, la invitación de la parroquia de Winnweiler, que convoca a todos, “indiferentemente de si están o no casados, si son jóvenes o viejos, heterosexuales u homosexuales, siempre y cuando se amen y deseen la ayuda del Señor para vuestra relación”. ¡Pidan y será concedido!
En Würzburg tienen en el corazón integrar un must de lo políticamente correcto, olvidado por los descuidados hermanos, recordando que ni el “color de la piel” será un factor discriminatorio. La caridad de los organizadores de Paderborn es sin fronteras, ya que se ofrecen a enfrentar cualquier contratiempo, prometiendo que serán bendecidas también las personas solas, si su pareja no logra estar presente.
En cambio, la invitación de la parroquia de Jülich / Krefeld / Mönchengladbach se dirige, por alguna razón, a todos los estudiantes, “independientemente de que tengan pareja o sean solteros, enamorados o en busca de amor”. También en Hannover “el amor es amor”, pero todavía en la era de la pandemia. Y así, el encuentro y la bendición se realizarán a través de Zoom. En Geldern-Veert, estarán aseguradas las grabaciones en vídeo del momento de la bendición y, tras la ceremonia, el ojo de la cámara inmortalizará el beso de cada pareja, ad perpetuam rei memoriam. Los organizadores de Neunkirchen / Saar, que ponen a disposición dos iglesias, en cambio lanzan un mensaje de liquidación de la mediación eclesial: “No queremos juzgar si la Iglesia puede o no puede [bendecir las uniones homosexuales]; como teólogos/teólogas sabemos que Dios puede”.
Mientras tanto, el obispo de Essen, Mons. Franz-Josef Overbeck ya ha hecho saber (ver aquí) que él y otros obispos no tienen la intención de castigar a los sacerdotes que, para la ocasión, impartirán la bendición a las distintas parejas presentes. Porque para ellos el diálogo con Roma se hace así: o escriben lo que queremos nosotros, o vamos por nuestro propio camino. Posición que, desde el punto de vista canónico, se llama cisma. Roma está avisada: sobre la homosexualidad, el sacerdocio femenino y la anticoncepción, decide el Sínodo de Weg.