Con la misa de romeros que se celebró en la mañana de ayer en la parroquia de las Dunas comenzó la romería de Mazagón. La extensa comitiva de carretas y peregrinos disfrutó del camino que les llevó hasta el poblado forestal.
El Coro Romeros del Carmen puso color y alegría a la celebración religiosa, interpretando varios temas inspirados en la devoción que Mazagón profesa a la Virgen marinera.
Junto a la directiva de la Hermandad del Carmen, al mayordomo de este año, Aquilino Pérez, y a numerosos fieles, no faltó a la cita una nutrida representación de la corporación moguereña encabezada por el alcalde, Gustavo Cuéllar, y por el concejal de Mazagón, Francisco Martínez, junto a las ediles María José Rodríguez y Pilar Rodríguez.
Ya sobre su carreta la Virgen emprendió el camino hacia el recinto romero escoltada por cientos de peregrinos, deteniéndose en el edificio de la mancomunidad para recibir la tradicional ofrenda de flores por parte de los alcaldes de Moguer y Palos de la Frontera.
Una treintena de carros, carretas y vehículos a motor conformaron la extensa comitiva que recorrió los aproximadamente 5 kilómetros que separan el núcleo urbano del poblado forestal, donde la Virgen marinera recibe el cariño y la devoción de los fieles hasta la misa de despedida el mañana por la tarde.
El Ayuntamiento de Moguer monta todas las infraestructuras y los servicios que se activan durante esta fiesta romera.
Hoy sábado tendrá lugar el tradicional concurso de paellas a las 15:00 para participar luego en la ofrenda floral a la Virgen de Carmen en lo que constituye sin duda uno de los episodios más emotivos de esta singular peregrinación. El rosario que recorrerá a partir de la medianoche el recinto romero pondrá fin a la jornada del sábado, aunque la alegría y la fiesta continuarán en todos los chozos hasta altas horas de la noche.
Mañana domingo se celebra la misa de romeros en la que de nuevo podremos disfrutar de los preciosos temas interpretados por los Romeros del Carmen, para finalizar el programa de actos diseñado por la hermandad carmelita con la sentida despedida ante la imagen de la Virgen, en un acto religioso en el que también se realiza el relevo en la mayordomía de la hermandad.
