Entre los visitantes destacables, el nuncio de Su Santidad, monseñor Renzo Fratini; el obispo de la Diócesis, Jesús Murgui; el obispo emérito, Rafael Palmero; Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia; César Sánchez, presidente de la Diputación Provincial y José Luis Arranz, general de la Guardia Civil en la Dirección General de Madrid
En el momento de la Coronación de la Virgen se multiplicaron los gritos de «visca la Mare de Déu!», que fueron atronando en el templo hasta que desapareció por las puertas del cielo, transcurriendo en auténtica apoteosis, mientras en el exterior del templo resonaba la cohetería.
Procesión
Las campana al vuelo en Santa María anunciaban por la mañana a la población la inminente procesión con la Virgen yacente, que por el itinerario de costumbre discurriría por calles de la ciudad, oportuna llamada para la ciudadanía que se fue situando a lo largo de todo el recorrido.
A las diez en punto se dio la salida, con la participación de las comisiones festeras, dando colorido al acto procesional, para después en las puertas del templo esperar la llegada de la Virgen yacente. Era llevada a hombros en su cama por los cantores de la Festa, que durante el recorrido iban cantando el ‘In exitu Israel de Egipto’, mientras que en diversas bocacalles se iban disparando las tradicionales tracas a su paso.
Al ir a acceder al arco del Ayuntamiento se disparó una potente cohetada desde la pasarela del río. En la presidencia del cortejo y amplia representación del clero, así como los miembros del Patronato del Misteri, camareras de la Virgen, y otras representaciones, con el alcalde, los concejales y otras autoridades.
Todas las personas representativas, al ser depositada la cama de la Virgen junto al altar, fueron pasando para besar sus pies, a la espera de la representación del segundo acto o Festa que tendría lugar pocas horas después.
