Alberto Fernández recibió en la Casa Rosada a representantes de las Iglesias evangélicas agrupadas en la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA).
El motivo del encuentro fue la intención de esa organización de participar en el plan que lanzó el gobierno de “Argentina contra el hambre”.
Fernández estuvo acompañado por el secretario de Culto, embajador Guillermo Oliveri, en tanto que por parte de ACIERA, participaron pastor Rubén Proietti, quien concurrió a la reunión junto a Hugo Baravalle, vicepresidente de Relaciones Internas; Guillermo Fernández, vicepresidente de Relaciones Externas; Jorge Gómez, Director General; Norberto Saracco, rector emérito del Instituto Teológico FIET; los pastores Osvaldo Carnival y Bernardo Affranchino, representantes de ACIERA en el “Plan Argentina contra el Hambre”; Laura de Brun, Directora de la Fundación Elegí Sonreir, que trabaja en la prevención de abuso sexual en niños y adolescentes; la Directora del Departamento de Bioética de ACIERA, Dra. Jael Ojuel; y el Director de Capellanía, Juan Zuccarelli.
Si bien el motivo de la cita era sentar las bases de la colaboración que estarían dispuestas a brindar las iglesias evangélicas respecto del plan contra el hambre que está lanzando el presidente, también hubo tiempo para plantear otros temas que “preocupan” a estas entidades religiosas.
En este sentido dejaron en claro cuál es su posición respecto de la educación sexual: “creemos en la educación sexual pero estamos en desacuerdo con el adoctrinamiento ideológico en cuanto a la ideología de género. Además la educación es fundamental en la prevención de distintas enfermedades, y también en el aborto. La iglesia se ofrece no sólo a sentarse a dialogar sino a colaborar a través de distintas herramientas.”
Una vez más, y tal como lo vienen haciendo desde el año pasado, momento en que en el Congreso se debatió la ley de legalización del aborto, insisten con términos como “ideología de género” o “adoctrinamiento” para desviar el verdadero objetivo de la ESI, que es una educación sexual integral y científica, que permita a todos los niños y niñas aprender a conocer su cuerpo, su salud y sus derechos.
Alberto Fernández, consciente de lo que significa sumar aliados en esta primera etapa declaró: “los evangélicos trabajan sobre valores, no enfatizando dogmas”. Y agregó: “Conozco muy bien todo lo que hacen, les agradezco y les pido que me ayuden a terminar con un flagelo que nos debe avergonzar como sociedad”.
La respuesta de ACIERA fue indicar que utilizarán 15 mil iglesias como lugares de “contención social”, destacando que cuentan con 6.000 templos solo en el conurbano, sin dudas uno de los lugares donde se encuentran los sectores más vulnerables.
Claramente una propuesta que Fernández no está dispuesto a rechazar ya que su decisión es “sumar” tanto a las iglesias evangélicas como a la católicas (con esta última se reunió días atrás).
El punto en cuestión es cuál será la moneda de cambio en lo que no se muestra como una “colaboración desinteresada”. Recordemos que ACIERA ejerció la presión suficiente en el gobierno de María Eugenia Vidal para bloquear en la legislatura bonaerense el tratamiento de la ley de educación sexual, un precedente que no podemos obviar, teniendo en cuenta que en la reunión que mantuvieron con Fernández dejaron bien en claro qué tipo de educación “quieren”.
Por su parte la iglesia católica en su reunión con el presidente dirigió su artillería pesada en contra del protocolo para abortos no punibles: “en la práctica autoriza el aborto libre en Argentina” y manifestaron que “la Iglesia ha defendido y defenderá siempre toda vida desde la concepción”.
Las “charlas” que mantiene Alberto Fernández con las jerarquías evangélicas y católicas, no son muy diferentes de las que mantuvo Mauricio Macri. En ambos casos necesitan de su poder territorial que facilite el rol de contención ante un ajuste que, por ahora, sigue golpeando a los sectores más vulnerables.
Lo preocupante es que todo parece indicar que la moneda de cambio por la “colaboración” que brindarán será los alcances de la ESI y la discusión por la legalización del aborto. Ambos temas en los que, tanto evangélicos como católicos, se posicionan en contra.