Al menos 10 civiles murieron en un ataque el sábado en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) atribuido a la milicia Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF), de origen ugandés y con vínculos difusos con el Estado Islámico, confirmaron a EFE este domingo fuentes cercanas al Ejército.
“Fueron los rebeldes ugandeses quienes atacaron el pueblo de Otomabere (en la provincia de Ituri) y mataron a diez personas, entre las cuales seis mujeres, incluyendo tres pigmeas, y cuatro hombres”, dijo a EFE por teléfono Jean Jacques Openji, coordinador de “Allez-y-les FARDC” (“Vamos, FARDC”), una organización que apoya las acciones de las Fuerzas Armadas de la RDC (FARDC). “No sabemos el motivo de este ataque, que se produjo la noche del sábado, alrededor de las 20.00 horas (18.00 GMT)”, añadió Openji, sin dar más detalles.
El coordinador de “Allez-y-les FARDC” subrayó la necesidad de aumentar la cooperación entre la población y el Ejército frente a los constantes ataques de grupos armados en la zona. “La población debe alertar sobre cualquier movimiento sospechoso del enemigo que, desgraciadamente, utiliza a algunos compatriotas para operar. Todo esto debe denunciarse”, destacó. Las ADF son un grupo rebelde de origen ugandés, pero en la actualidad tienen sus bases en Ituri y la provincia vecina de Kivu del Norte, en la RDC, donde perpetran constantemente ataques.
Sus objetivos son difusos más allá de una posible vinculación con Estado Islámico, que en ocasiones se responsabiliza de sus acciones. Aunque los expertos del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no hallaron pruebas de un apoyo directo del ISIS a las ADF, Estados Unidos las identifica desde marzo de 2021 como “una organización terrorista” afiliada al grupo yihadista.
Las autoridades ugandesas también acusan al grupo de organizar ataques dentro de su territorio y en noviembre de 2021 los Ejércitos de Uganda y la RDC empezaron una operación militar conjunta aún en curso para luchar contra esos rebeldes. Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por las milicias rebeldes y el Ejército, pese a la presencia de la misión de la ONU en el país.
