Primero fue el polémico enterramiento de mártires de la guerra con Irak en los diferentes campus del país y ahora es el turno del profesorado.
El presidente y antiguo profesor de universidad, Mahmoud Ahmadineyad, aprovechó el Día de la Juventud para reunirse con un grupo escogido de estudiantes en Teherán y afirmar que las universidades de Irán deberían ser depuradas de las influencias liberal y laica, y para advertirles sobre la necesidad de «denunciar en voz alta a los profesores laicos que no ponen buenas notas a los que no piensan como ellos. El estudiante debe protestar contra el pensamiento y la economía liberales».
«Ya he empezado a trabajar para terminar con el problema. He tomado algunas medidas, pero aún no son suficientes, ya que el sistema actual arrastra los defectos de 150 años de secularismo», aseguró el dirigente ultranacionalista. «Es una cosa difícil -añadió- pero es necesario que lo hagamos juntos».
Los estudiantes tuvieron la oportunidad de formular cuestiones al presidente y éste, a su vez, respondió con diferentes consejos para su vida profesional futura. «Cuidado con las conferencias en el extranjero porque muchas son un engaño y sólo buscan quedarse con vosotros. No digo que no debáis participar, pero cuidado, porque el joven iraní no tiene ahora mismo parangón en el mundo».
La mano dura del Gobierno ya se nota después de quince meses en el poder. En este tiempo se han retirado las licencias a decenas de profesores y cuarenta docentes han sido jubilados de forma anticipada por su simpatía hacia los reformistas, se ha nombrado por primera vez a un clérigo como máximo responsable de la universidad más importante del país y el movimiento estudiantil permanece anulado.