Serán festivos los días de San Antonio, la Virgen de África, la Pascua del Sacrificio y el Día de Ceuta, este a cambio de Año Nuevo que cae en domingo
Dos de las fiestas elegidas por el Gobierno para el calendario de días no laborables, la conmemoración de la Autonomía y la Patrona, caerán en sábado
Caballas y MDyC, partidarios de declarar festivo el Eid El Fitr, han votado en contra y Ciudadanos ha preferido abstenerse
Susana Román aboga por celebrar el día de la autonomía de Ceuta “por ser una fiesta de todos”; Fatima Hamed acusa al Gobierno de votar contra los musulmanes y PSOE y Ciudadanos apuestan por un calendario más laico con la religión reservada a la esfera personal
Tras tres meses de agria polémica, el Pleno de la Asamblea ha dado carpetazo, al menos hasta el año que viene, al calendario laboral de 2017 que, pese a los esfuerzos de Caballas y MDyC no contemplará como festivo el Eid El Fitr, el último día del mes sagrado de los musulmanes, el Ramadán.
Finalmente, y tras casi una hora y media de tenso debate, los 13 votos del PP han bastado para aprobar los festivos locales del próximo año: el 13 de junio, martes, San Antonio; el 5 de agosto, sábado en 2017, Nuestra Señora la Virgen de África; el 1 de septiembre, viernes, la Pascua del Sacrificio; y el día siguiente, 2 de septiembre, el Día de Ceuta, que también cae en sábado. Y es que dos de las cinco fechas elegidas caen en sábado lo que amortigua notablemente su impacto laboral.
Un calendario laboral que sigue la propuesta del Partido Popular que argumenta que se ha decantado por el Día de Ceuta en detrimento del Eid El Fitr por ser la primera “una fiesta de todos”. Un argumento que secundó Ciudadanos durante el debate, la única formación que se abstuvo en la votación dando así un voto de confianza al Gobierno. Para Javier Varga, portavoz de Ciudadanos en la Asamblea, no era aceptable sustituir fechas como el Día de Ceuta o Año Nuevo, “que celebramos todos”, por una fiesta de carácter religioso, “que sólo celebra una parte de la sociedad”.
A juicio del Gobierno es este un debate “interesado, politizado y electoralista”, según la definición de la consejera de Economía y Hacienda y portavoz del Gobierno en la Asamblea. “No es un tema que esté en la calle, no lo es”, zanjó. “En cierta medida nos estamos equivocando al intentar traer a un debate político y administrativo cuestiones que no lo son. Es un debate interesado, politizado y en algún caso nos estamos excediendo en el lenguaje y debemos tener cierta responsabilidad al enviar cierto tipo de mensajes a toda la población”, lamentó Román, asegurando que intentaba huir del “ellos y nosotros”.
La portavoz insistió en varias ocasiones en que “no por ser festiva en el calendario laboral una fiesta es más o menos importante”, aludiendo a las celebraciones hebreas o hindúes, como el Yom Kippur o el Diwali, con mucho arraigo en Ceuta pese a ser días laborables. O como el Corpus Cristi, a juicio de Román la fiesta más importante para los católicos, porque «el Señor sale a la calle” y que no sólo no es festivo sino que se traslada al fin de semana siguiente.
Un argumento que rechazó tajantemente el portavoz de Caballas, acusando de “demagogia” a la portavoz recordando que en el censo tan solo hay 225 hebreos y 215 hindúes que “merecen todo el respeto, pero que esas celebraciones se puedan poner en plan de igualdad con dos confesiones que suponen el 99 por ciento de Ceuta es un argumento falaz”. “Sea valiente en incluirlas en el calendario laboral también”, retó la portavoz de MDyC, Fatima Hamed, que clamó porque “todas las comunidades tengan su reflejo en nuestro calendario laboral”.
MDyC acusa al PP de ir contra los musulmanes
Para Fatima Hamed, en cambio, la postura del Partido Popular se cimenta en el “cinismo” y retó una y otra vez al Gobierno a que explicara los “verdaderos motivos” de su rechazo acusando al PP de “votar en contra de que los musulmanes celebren el final del Ramadán, cuando vayan a visitar los distritos de mayoría musulmana van y se lo explican”.
“Sólo hay dos posturas políticas, o se está a favor de que la comunidad musulmana celebre el final del Ramadán o se está en contra. Todo lo demás son fuegos de artificio”, desafió Hamed, tensando un poco más el debate y lamentando una “hipocresía que da urticaria” y reprochando al Gobierno que presuma de multiculturalidad y convivencia “para el turismo y para mendigar en la UE pero que los moros no celebren sus fiestas, que eso son palabras mayores”.
A juicio de Hamed, al PP “su inmovilismo les atropella”. “Les da miedo enfrentarse a la realidad, una realidad que desconocen. Les invito a que salgan de su Palacio de Cristal a romper la burbuja en la que viven y conozcan la realidad social de esta ciudad”.
Por otro lado, la portavoz del PP acusó también al Gobierno de obstaculizar sus propuestas y “rehuir el debate” con mentiras y mecanismos ilegales como exigir dictamen jurídico cuando el reglamento no lo contempla. “Creo que en la historia democrática jamás se ha tumbado así una propuesta de un grupo municipal como han hecho ustedes con el MDyC, lo recordaremos por los años de los años”.
Un modelo de consenso sin consenso
Una propuesta, la de MDyC, que tumbó el Gobierno con los votos del PP y la abstención de Ciudadanos. Al igual que ocurriera con la propuesta de modelo general de consenso planteado por Caballas. Un calendario con cuatro fiestas con arraigo e inamovibles: San Antonio, la Virgen de África, la Pascua del Sacrificio y el final del Ramadán y, a partir de ahí, disponer del festivo que cayera en domingo para trasladarlo al Día de Ceuta. Una disponibilidad de fechas que existe al menos hasta 2030, según los cálculos de Caballas. “Está en sus manos que Ceuta se solucione en positivo, que Ceuta se convierta en una ciudad acogedora para todos”, animó el portavoz de la coalición, Juan Luis Aróstegui que clamó también por destensar el debate. “No se debe plantear como una reivindicación de un colectivo en concreto, la comunidad musulmana”, sino como una “oportunidad de dar un paso importante, que si no nos va a pasar factura”, advirtió.
Y es que, el tono agrio, al borde de la islamofobia y la intolerancia, que ha alcanzado el debate sobre el calendario laboral en estos meses, advierte Aróstegui, nos está llevando “a una situación límite” y sólo ha servido “para azuzar al sector más rancio” del Partido Popular al que le pide sensatez “para no contaminarse hasta llevarlo a la irracionalidad”. Para evitar esa tensión, Caballas propone un calendario inclusivo para todos porque “lo terrible que es sentirse extraño en su ciudad, esto pasa en Ceuta cuando ven que una fiesta de tanta trascendencia no es correspondida y se sigue funcionando como si no pasara nada, eso hace sentirse a las personas extrañas en su propia ciudad y esto tenemos que solucionarlo”.
“Esto no es Yoga” y la alternativa laica
En su argumentación, Aróstegui pidió al Gobierno respeto para la importancia de la espiritualidad de los ceutíes, algo que para el PP, PSOE o Ciudadanos corresponde a la esfera personal pero que pareció molestar especialmente a la diputada Fatima Hamed, que en su turno reprochó esta alusión a la espiritualidad con un agrio “esto no es yoga”.
Por su parte, PSOE y Ciudadanos optaron por bajar el tono dialéctico y religioso. Los socialistas apostando por la laicidad del calendario laboral: “El estado es de todos y para todos y hay que asumir las creencias desde la neutralidad”. “Llenar el calendario de fiestas religiosas no es nuevo, de ahí venimos, no se trata de sustituir lo de una confesión por la de otra, vivimos en una sociedad plural que acepta el hecho religioso pero la religión tiene un sitio la esfera individual”, abogó el diputado de Ciudadanos, Javier Varga.
Ambos, PSOE y Ciudadanos apostaron también por mantener y revitalizar el Día de Ceuta, “una fiesta de todos”.