Un genocidio no se improvisa ni ocurre de un día para el otro, sino que es el resultado de un proceso que requiere tiempo, planificación y recursos. El olvido de los hazara por la comunidad internacional agudiza el riesgo de genocidio y retoma la necesidad apremiante de brindar protección a la minoría hazara
Son muchos los pueblos olvidados alrededor del mundo. Uno de ellos son los hazara, una minoría étnica de ancestros turcos y mongoles que reside en la región central de Afganistán. Este grupo es un ejemplo de los contrastes étnicos y religiosos dentro del mundo musulmán ya que son practicantes del islam chiita en un país predominantemente sunita.
Los hazara tienen características culturales y lingüísticas muy particulares que los hacen fácilmente distinguibles de otros grupos étnicos de la región. Durante más de un siglo, han sido objeto de discriminación, esclavización, marginación y ataques selectivos debido a su religión y origen étnico por parte de los talibanes, el Estado Islámico y otros movimientos radicales sunitas.
El control de Afganistán por parte de los talibanes en 2021 tuvo un impacto directo en la situación que enfrentaban los hazaras y revirtió el progreso de 20 años logrado para mitigar la marginación y la discriminación sistemática que experimentaba esta minoría. Tras la caída del gobierno afgano, los talibanes retomaron la persecución en contra de los hazara a través de arrestos arbitrarios, asesinatos en masa, desplazamiento forzado y confiscación de sus tierras. Si bien los hazara han sido perseguidos desde hace décadas, la toma del poder por parte de los talibanes plantea una amenaza renovada y la posibilidad de ser víctimas de un genocidio a mano de los talibanes.
Desde el regreso de los talibanes, se evidencia un incremento y recrudecimiento en los actos de violencia contra los hazara en todo Afganistán y es probable que esta tendencia continúe. Se reanudaron los bombardeos, los homicidios arbitrarios de civiles, las ejecuciones extrajudiciales y los ataques a lugares de culto, las escuelas, las reuniones públicas y hospitales provocando cientos de muertos y desapariciones forzadas. Como resultado de las políticas discriminatorias, asimilacionistas y marginadoras, exacerbadas por la toma del poder por parte de los talibanes, miles de hazaras han huido a países vecinos como Irán y Pakistán. Se estima que la población hazara ha disminuido en más de un 60% debido a las medidas genocidas implementadas por los gobiernos afganos en poder.
La precaria situación de los hazara no ha captado la atención internacional, a pesar de los crecientes esfuerzos de los organismos internacionales para advertir y resaltar el creciente número de crímenes en contra de esta minoría, especialmente con los talibanes en el poder. Los recientes ataques y atentados en contra de los hazara comprometen la responsabilidad de la comunidad internacional de protegerlos y prevenir un posible genocidio en Afganistán. Un genocidio no se improvisa ni ocurre de un día para el otro, sino que es el resultado de un proceso que requiere tiempo, planificación y recursos. El olvido de los hazara por la comunidad internacional agudiza el riesgo de genocidio y retoma la necesidad apremiante de brindar protección a la minoría hazara. Los Estados deben activar su deber de prevención de conformidad con las obligaciones de la Convención para la Prevención y sanción del Genocidio y presionar a los talibanes para que garanticen la protección de los derechos de las minorías étnicas de todo el país.