La Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio prohíbe a las mujeres, entre otras medidas, hablar en los espacios públicos o viajar en la parte delantera de un vehículo.
El Gobierno de facto de Afganistán ratificó el pasado viernes una ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio con una serie de obligaciones, especialmente para las mujeres, que han sido condenadas por la Organización de Naciones Unidas (ONU). Entre las nuevas normas, se incluye la prohibición de que las mujeres hablen en público o lleven la cara descubierta fuera de sus casas.
Esta nueva ley ya ha sido ratificada por el líder supremo del país, Haibatullah Akhundzada. Para “promover la virtud y eliminar el vicio”, como apunta el Gobierno Talibán, los mohtasabeen –responsables de hacer cumplir estas leyes– o la policía de la moral inmiscuirse en todos los aspectos de la vida pública afganos, como su alimentación, su vestimenta o sus conversaciones.
Fuentes del ministerio de la Moral en Afganistán han informado de que miles de personas han sido detenidas por el incumplimiento de las normas que promulga la ley.
¿Qué no pueden hacer las mujeres afganas en público?
La ley, que se basa en un decreto de 2022 y en interpretaciones del Talibán de la sharia establece que las mujeres deben cubrir su cuerpo por completo –incluido en rostro– en los espacios públicos: sólo sus maridos y familiares podrán verles el cuerpo y la cara, y lo harán en privado. La norma, además, establece que las telas con las que deben vestirse deben ser finas, taparlas completamente y no ir ajustadas.
Asimismo, las voces de las mujeres han sido silenciadas en los espacios públicos y, en la privacidad de sus casas, las mujeres tendrán prohibido leer y cantar. En cuanto a normas comunes, ni hombres ni mujeres podrán mirar a personas del género opuesto con las que no están casadas o mantienen algún tipo de relación.
Tampoco podrán llevar consigo teléfonos móviles con cámara y, si los usan en sus casas, no podrán tener descargadas canciones o películas consideradas inmorales por el Talibán.
La ley también prohíbe que los taxistas puedan transportar a una mujer que no vaya acompañada por su marido o un hombre de su familia o que no lleve la vestimenta reglamentaria, por lo que el acceso a este tipo de transporte se ha limitado. Además, las mujeres no pueden conducir y, en caso de viajar en un coche, tienen prohibido ocupar los asientos delanteros del mismo.
Los hombres también tienen restricciones
Las nuevas leyes de la moralidad también imponen algunas restricciones a la estética de los hombres en espacios públicos. Deberán cubrir su cuerpo desde el obligo hasta las rodillas y no podrán peinarse “al estilo inglés, estadounidense y francés”. Además, preferiblemente, llevarán la cabeza cubierta con gorras.
También en relación al vello, los barberos de Afganistán tienen prohibido cortar o afeitar la barba de cualquier hombre, ya que el Talibán considera que es una práctica que va en contra de la sharia.
Prohibidas las imágenes de los seres vivos
A todas las restricciones mencionadas se suma la prohibición de crear, guardar o compartir cualquier imagen de seres vivos. Esto incluye fotografías, vídeos, dibujos y la compra y venta de cualquier tipo de representación, por ejemplo, una estatua de un animal.
Asimismo, el “uso indebido” de grabadoras y radios, así como la reproducción de música en cualquier espacio público, también han sido prohibidos.
¿Cuáles son las sanciones?
El incumplimiento de cualquiera de las normas mencionadas conlleva sanciones que van desde un simple aviso hasta multas y detenciones que se pueden alargar durante tres días. Para hacer cumplir la ley, el líder talibán ha atribuido el poder a la policía moral y a los mohtasabeen, un órgano más centrado en las prohibiciones en los lugar públicos que pueden pedir, por ejemplo, que una mujer se calle si está hablando en la vía pública.
Ahora bien, la ley aún no se está aplicando en la totalidad del territorio afgano, aunque sí en su mayoría. En algunas partes del país, como en la capital, Kabul, aún persisten algunos de los derechos previos a la aprobación de la Ley para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio.