Los talibán han llevado a cabo una nueva flagelación en público contra 27 condenados, entre ellos nueve mujeres, en la provincia de Parwan, en el noreste del país.
El alto tribunal talibán ha confirmado los veredictos de culpabilidad, sin dar más detalles, pero fuentes de la cadena afgana Tolo News han confirmado la naturaleza del castigo, ocurrido en Charikar, la capital de la provincia.
La Oficina de Naciones Unidas para los Derechos Humanos se declaró “consternada” a finales de noviembre por las informaciones sobre el uso de los latigazos como castigo público por parte de los talibán desde su retorno al poder en Afganistán.
El líder de los talibán, el mulá Hebatulá Ajundzada, ordenó recientemente a los jueces de Afganistán que apliquen en su integridad la ‘sharia’ –o ley islámica– contra quienes cometan una serie de delitos que podrían ser castigados incluso con amputaciones públicas o lapidaciones por delitos como el robo, el secuestro o la sedición.
Los fundamentalistas han instaurado un gobierno marcado por la falta de mujeres y de representantes de otros grupos políticos y étnicos, al tiempo que han hecho frente a críticas a nivel interno e internacional por la limitación de los derechos de la población, especialmente de las mujeres y las niñas.
En este sentido, la ONU expresa su preocupación ante el sistema de justicia “exprés” instaurado por los talibán; uno en el que “los arrestos, las audiencias judiciales, las sentencias y los castigos a menudo se lleven a cabo el mismo día”.