En el momento del robo en el convento la reliquia contenía formas consagradas, lo que fue considerado profanación
David J.Z. deberá responder ante la Justicia de un delito contra los sentimientos religiosos por el que lo investiga el juzgado de Instrucción 2 de Jaén. Fuentes cercanas al caso indican que tras enviarlo a prisión por robo el pasado 16 de marzo por el robo de la custodia del convento de las Bernardas de Jaén, ahora se ha producido una ampliación de los cargos que pesan contra este delincuente habitual que cuenta con 35 arrestos anteriores, al detectar el magistrado indicios de que podría haber cometido un ‘delito de odio’.
En el momento del robo, la custodia era para quienes profesan la fe Católica más que un objeto de oro, plata y piedras preciosas valoradas en más de 400.000 euros. Tenía dentro la Sagrada Forma consagrada, que nunca apareció, ni tras la devolución de parte de la pieza ni por la recuperación de otra parte que hizo la Policía Nacional en casa del sospechoso. Una profanación ante la que el Obispado de Jaén pidió oración a los fieles.
Además del robo de la custodia se le imputa también la sustracción una daga que había desaparecido el mismo día en la Iglesia de San Ildefonso a una imagen de la Virgen Dolorosa. Los investigadores comprobaron algún tipo de denuncia en la cual figurara como sustraída dicha pieza no encontrando nada. Por ello centraron sus investigaciones en las cofradías hasta dar con la titular de una Hermandad a la que le faltaba el puñal que debía lucir entre sus ropas y que no había sido denunciado.
En 2014 y 2015 las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado tuvieron conocimiento en Jaén de un hecho que pudieran constituir delitos contra los sentimientos religiosos dentro de los 16 delitos de odio investigados en esos dos años. Son realmente excepcionales en la maquinaria judicial.
El robo
El robo de la custodia se produjo entre las cinco y las cinco y media de la tarde del viernes 11 de abril. Las hermanas franciscanas del convento se enteraron porque en ese momento entraron dos señores a la iglesia y «lo vieron salir» y que «llevaba algo escondido debajo del chándal, pero no se podían imaginar lo que era». Fue al entrar cuando observaron que «el manifestador no tenía la custodia». La Policía pudo tener pronto una descripción del sospechoso gracias a los testigos que lo vieron salir. Esas sospechas se concretaron rápidamente en un nombre. David J.Z., viejo conocido en la Comisaría y cuyo domicilio está en la calle Toro, muy cerca del convento.
El domingo apareció en el convento parte de la custodia robada. «Lo que más ha dolido es que ahí va el Santísimo y no ha aparecido», dijo una de las hermanas tras el hallazgo.
El lunes por la mañana ya se habían recuperado algunas gemas y partes de la platería robadas tras el registro a la casa del sospechoso. Y el martes por la mañana el caso estaba ya casi resuelto, ya que aconsejado por su abogado se entregó. El 86 horas el «Ruso» estaba bajo custodia.