El PP le ha atizado de lo lindo por no acudir como alcalde a los actos religiosos de Benissa y, en cambio, salir en la procesión de Senija. «Me equivoqué», acepta Cardona. Admitir errores también es un signo del cambio. La izquierda acabó el pasado 10 de febrero con 18 años de gobierno del PP
El pacto de Reiniciem Benissa, PSPV y Compromís ya sabía que, tras 18 años de gobierno del PP, no bastaba con un cambio político. Era necesario ilusionar a los vecinos, recomponer el tejido participativo e impulsar iniciativas que, como la del homenaje a las estissoradores, reivindican a las mujeres y la igualdad efectiva. El cambio está en marcha. Pero la tradición a veces pone a prueba la coherencia de los gobiernos de izquierda. Abel Cardona, de Reiniciem, y su gobierno han tomado en estos primeros meses decisiones de gran calado. Pero se les juzga por la procesión de Senija. Los detalles en política importan.
Tomaron la decisión de no participar en los actos religiosos de las fiestas de la Puríssima Xiqueta de Benissa. ¿Por qué?
Tenemos muy claro que hay que separar la política de la religión. En actos en los que el pueblo se representa a sí mismo la presencia de los políticos es secundaria. Sabemos que son cuestiones delicadas porque se mezcla tradición, cultura y religión. Pero creemos que en las misas y procesiones la corporación no debe estar como tal. Además, si asistimos, no estamos representando al cien por cien del pueblo, ya que hay vecinos de otras creencias.
Pero le han criticado porque sí salió en la procesión de Senija.
Nos invitaron como invitan a otros alcaldes y concejales. Al concejal de Fiestas, Domènec Miralles, y a mí nos surgió la duda. Pero consideramos que debíamos participar por respeto a la corporación que nos había invitado. Creo que me equivoqué. Asistiré cuando me inviten, pero sin participar en los actos religiosos.