Estudian cómo dar una respuesta a la consternación del 85% de los católicos franceses, que se confiesan «en cólera» tras las revelaciones de los abusos sexuales desvelados por una comisión independiente.
Reunida en asamblea plenaria, durante cuatro días, en Lourdes, la Conferencia episcopal francesa estudia su respuesta institucional a la consternación de una gran mayoría de los católicos de este país ante las revelaciones traumáticas de la Comisión independiente sobre los abusos sexuales en la Iglesia (Ciase), descubriendo que entre 216.000 y 330.000 menores fueron agredidos por laicos y sacerdotes, entre 1950 y 2020.
Según un sondeo publicado por el diario católico ‘La Croix”,’ portavoz oficioso del episcopado, un 85 % de los católicos franceses se confiesan «en cólera» tras las revelaciones de la Ciase. Otro 76% estiman que «la reacción de la jerarquía católica no ha estado a la altura». Nueve de cada diez católicos franceses desean que la Iglesia «pida perdón» y «cambie su discurso sobre la sexualidad».
El sondeo de ‘La Croix’ quizá sea un pálido reflejo de la situación angustiada y atormentada de muchos católicos, practicantes y menos practicantes tras las revelaciones de la Ciase: entre 2.900 y 3.200 sacerdotes franceses abusaron de unos 10.000 niños durante el último medio siglo; entre 216.000 y 330.000 menores fueron víctimas de agresiones de muy diversa naturaleza…
En su día, varios miembros de la Conferencia episcopal asistieron a la presentación pública del informe de la Ciase, confesando su vergüenza y consternación, pidiendo perdón a título personal.
Ola de amargura
Dos semanas más tarde, la Conferencia episcopal inicia una reflexión colectiva e institucional, que debiera culminar el próximo día 8, con una declaración oficial, con el fin de intentar responder a una muy profunda ola de angustiosa amargura entre los católicos de Francia, bien evidente a través de la presencia individual y colectiva en misas y oficios religiosos.«El informe fue como una bomba, para todos. La iglesia debe responder»
Hace días, el padre jesuita Pierre de Chaternenay, comentaba a un grupo de católicos, a la salida de la misa dominical en la iglesia de Saint-Eustache, en el corazón histórico de París: «El informe de la Ciase fue como una bomba, para todos. La iglesia debe responder. Estas reuniones, a la puerta de una iglesia, son el reflejo de nuestra inquietud. Intentamos hablar, queremos escuchar la palabra de nuestros amigos, vecinos. La Conferencia episcopal debe escuchar el torrente de voces que claman al cielo, en toda Francia».
El domingo pasado, a la salida de la misa dominical, en otra iglesia célebre, la de Saint-Sulpice, frecuentada por familias que llevan a sus hijos a Stanislas, el colegio de referencia del Episcopado, un grupo de padres intercambiaban sus experiencias íntimas. «Es insoportable, como ha podido ocurrir. Hace años, en el colegio de nuestros hijos, el director fue expulsado, aparentemente culpable de agresiones. Luego, nada, silencio…», comenta Édith Devaux, madre de tres hijos. «No sé, no sé… hemos vivido ignorando y no deseando escuchar a quienes intentaban hablar», agrega Fréderic Demorand, padre de familia numerosa.
En algunas iglesias de París, los párrocos han instalado buzones para que los feligreses hagan llegar sus dudas, sus preguntas, su inquietud, sus sugerencias. En numerosas iglesias de toda Francia, los párrocos intentan responder libremente a la consternación contenida de los hombres y mujeres que van a misa con cierta regularidad. Se trata, quizá, de un movimiento sin precedentes. La Conferencia episcopal estudia una respuesta colectiva e institucional.
El presidente de la Conferencia Episcopal de Francia, monseñor Eric de Moulins-Beaufort, acogió a los obispos con un momento de silencio «en memoria de las víctimas», en este centro de peregrinación católica. Algunos de los prelados se recogieron incluso frente a la gruta, donde según la tradición católica, la Virgen María se apareció en 1858 a Bernadette Soubirous, cuando esta tenía 14 años. Tras la ‘pausa’, los casi 120 obispos se reunieron de nuevo a puerta cerrada para empezar a analizar el informe de la Comisión Independiente sobre los Abusos Sexuales en la Iglesia (Ciase) en Francia.
Indemnización de las víctimas
«La lucha contra la violencia y las agresiones sexuales a menores» forma parte del programa de la reunión de siete días, aunque no será el único tema, lo que provocó el enfado de algunas víctimas que rechazaron acudir. La cuestión de la «responsabilidad» de la Iglesia y el dispositivo financiero que permita en el futuro indemnizar a las víctimas se analizarán durante esta conferencia, según el episcopado.
Al término de esta semana en el centro de peregrinación mariana, los obispos deberán pronunciarse sobre unas conclusiones del encuentro, cuyo contenido se desconoce todavía, el 8 de noviembre.
La Ciase, presidida por el exalto funcionario Jean-Marc Sauvé, propuso 45 recomendaciones, como reconocer la responsabilidad civil y social de la Iglesia o calcular indemnizaciones individuales en base a los «daños». Para financiar las indemnizaciones a las víctimas, la comisión llamó descartar las donaciones de los fieles y hacerlo en cambio «a partir del patrimonio de los agresores y de la Iglesia de Francia».