El presidente del Estado palestino, Mahmud Abás, ha advertido sobre las tentativas del régimen de Israel de convertir el conflicto político palestino-israelí en una lucha religiosa, a través de sus agresiones diarias a los lugares santos palestinos, como la Mezquita Al-Aqsa, en Al-Quds (Jerusalén).
"Nosotros sabemos y todo el mundo del peligro de involucrar la religión en los conflictos políticos con el objetivo de crear una falsa lucha religiosa (…)", ha dicho este miércoles el mandatario palestino durante un discurso pronunciado en reacción por la violenta incursión de militares israelíes en el recinto de Al-Aqsa.
Decenas de ciudadanos resultaron heridos como saldo del enfrentamiento a primeras horas de esta jornada entre fieles palestinos y militares israelíes en el patio de la Mezquita.
Centenares de palestinos se habían congregado en el recinto sagrado desde la noche del martes, después de que un grupo de judíos extremistas informaran por redes sociales de su decisión de entrar colectivamente para celebrar la fiesta del "Sucot".
Abás ha denunciado los intentos del régimen israelí de "abrir una puerta ancha a los extremistas y a los colonos israelíes para que se introdujeran por la fuerza en los patios de la Mezquita Al-Aqsa para causar destrucciones allí, a través de su comportamiento altamente ofensivo", y asegura que la comunidad palestina no tolera tal postura "censurable".
Ha dejado claro que la nación palestina denunciará "si es necesario" ante organismos internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y su Consejo de Seguridad, "cualquier intento israelí de alterar los santuarios islámicos y lugares sagrados".
Ha condenado además el enfoque agresivo de los funcionarios israelíes de no permitir a los fieles musulmanes palestinos realizar sus oraciones diarias en la Mezquita de Ibrahim, ubicada en la ciudad palestina de Al-Jalil (Hebrón), en el sur de Cisjordania.
La Mezquita Al-Aqsa es un lugar de suma importancia para los palestinos, y es el tercer sitio más sagrado del Islam. El régimen sionista, que se considera a sí mismo el principal propietario de los territorios palestinos, desde el inicio de su ocupación, sueña con destruir Al-Aqsa, a fin de transformarla en un templo judío.
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