Una vez más, los embates contra la laicidad del estado en México se ponen a la orden del día. Ante las nuevas leyes aprobadas en la capital del país, que han despenalizado y regulado la interrupción del embarazo, los incansables embates de la derecha religioso-política han conseguido que se eleven a 17 (de un total de 32) los estados que han modificado sus constituciones locales para volver a criminalizar a las mujeres (y a sus familiares) que decidan interrumpir el embarazo en el primer trimestre posterior a la gestación. [1] A tales fuerzas retardatarias, se han sumado reiteradamente algunos grupos o representaciones evangélicas que, sin previa consulta a sus bases comunitarias, alegre e irresponsablemente se agregan a los esfuerzos por minar la laicidad al tratar de imponer criterios religiosos y pseudo-teológicos a la legislación relacionada con estos asuntos. [2]
Un artículo de Roberto Blancarte observa profundamente, desde su título, lo que está pasando en realidad; se trata de una auténtica “contrarreforma”: “Para beneplácito de los conservadores, los de antes y los de hoy, a los 150 años exactos de las Leyes de Reforma, promulgadas en Veracruz, los actuales legisladores de dicha entidad aprobaron una ley ignominiosa, siguiendo las directrices clericales, para penalizar a las mujeres que abortan. […] La derecha ha reducido inteligentemente la discusión a un eslogan que quiere decir todo y no significa nada: la defensa de la vida. Los demás no han sabido qué anteponerle. Y sin embargo, las disyuntivas son fácilmente identificables: por un lado está el principio de la defensa de la vida ‘desde la concepción hasta la muerte natural’, basado en la idea de que sólo Dios da y quita la vida; por lo tanto el ser humano no tendría el derecho a intervenir ni siquiera en lo que concierne a la vida propia.”. [3] Parecería que reviven los viejos debates ideológico-políticos y que muy poco ha aprendido la sociedad mexicana al respecto. Consultas, congresos, reuniones y actividades académicas se suceden periódicamente y sus resultados no son tan claros. Hace apenas unas semanas se celebró un seminario en El Colegio de México sobre los 150 años de las citadas Leyes de Reforma, que tuvieron como propósito restarle peso a la influencia del catolicismo. [4]
Paralelamente, la conspiración secreta que algunos creían ver, se ha manifestado como un abierto proyecto de instauración de un Estado confesional, de control católico, pues la nostalgia de los grupos más conservadores por el antiguo sistema basado en el modelo medieval de la Cristiandad se ha transformado en un soberbio desafío a los avances laicos y democráticos. (Si pudieran, restaurarían los autos de fe, como el de 1559 en Valladolid, España, cuyo recuerdo ha motivado en estos días la reivindicación de la memoria de los masacrados. [5]) Estos nuevos embates se verían fortalecidos con el nombramiento del cardenal Norberto Rivera como responsable de la pastoral familiar del episcopado. [6]
En su programa radial, Barranco entrevistó a Luis Paredes, antiguo miembro arrepentido del grupo ultraderechista denominado El Yunque, quien ha publicado (con Enrique Cid) un libro sobre su experiencia vivida entre 1968 y 2001: Los secretos del Yunque. Historia de una conspiración contra el Estado mexicano (Grijalbo, 2009). [7] De este grupo han salido muchos miembros del gabinete de Felipe Calderón y los actuales dirigentes del partido en el poder (Acción Nacional). Paredes reconoció que este grupo de choque se propone, todavía, restaurar los privilegios de la Iglesia Católica, a contracorriente de los avances constitucionales de la segunda mitad del siglo XIX, logrados a costa de guerras intestinas. Asimismo, relacionó muy bien la forma en que estas mismas fuerzas ocasionaron la llamada “guerra de los cristeros”, en los años posteriores a la promulgación de la Constitución de 1917. En aquella ocasión, explicó, la razón del levantamiento fue la persecución que desató el gobierno de Plutarco Elías Calles. Se comprueba, así, que los artículos e investigaciones de Álvaro Delgado no están, en modo alguno, lejos de la realidad. [8]
Lo que resulta incomprensible es la manera en que algunas organizaciones evangélicas, como la Alianza Ministerial de Veracruz (presidida en otra época por el presbiteriano Ricardo David Aquino), apoyen las posturas de los sectores católicos más recalcitrantes. ¿Cómo contradecir, por ejemplo, a Octavio Rodríguez Araujo, cuando coloca en el mismo paquete a los evangélicos y católicos en su neo-cruzada contra el aborto? Sus palabras, dominadas por el lenguaje característico de los más conspicuos enemigos de la religión, plantean de manera devastadora una serie de preguntas que evidencian hasta dónde los cuadros dirigentes de las iglesias evangélicas actuales se han desembarazado de su herencia liberal, para asumir, sin rubor alguno, las banderas de estos grupos católicos, seguidores de quienes persiguieron a las comunidades evangélicas en otros tiempos. Escribe Rodríguez Araujo: “Aceptando, sin conceder, que Dios existe, ahora se vale de diputados para inspirarlos y controlarlos, según lo dicho por el coordinador de la Asociación Ministerial Evangélica de Veracruz para que votaran en contra del aborto. El Dios de los católicos, que tal vez sea el mismo de los evangélicos, no sólo está en contra del aborto, sino que, por medio de uno de sus voceros, en este caso de la arquidiócesis de Jalapa, ha opinado que las penas a las mujeres que aborten son insuficientes y ligeras y que, además de hacerlas más pesadas, deberán extenderse a la pareja de la acusada y al médico o partera que participen en esa práctica contra la vida (La Jornada, 23/11/09)”. [9]
Y agrega: “Gracias a tales inspiraciones y controles divinos (quiero suponer) es que 17 congresos locales han dictado leyes que penalizan el aborto convirtiendo a las mujeres que lo practican (y a quienes las ayudan) en delincuentes. Los voceros de ese Dios inmisericorde con las mujeres que por diversas razones no quieren un hijo han convertido su debilidad religiosa, demostrada al no conformarse con el castigo divino que está presente en sus postulados (excomunión), al recurrir al castigo terrenal de las leyes y las prisiones que los seres humanos del poder han construido para castigar a sus semejantes por delitos que previamente inventaron como tales (por inspiración divina o sin ella). Y, para compensar dicha debilidad, han fantaseado que la bondad de Dios es tal que ahora dicta las decisiones de diputados priístas y panistas, y de algunos perredistas, petistas y convergentes en contra del aborto, es decir, para salvar vidas o, en su léxico, almas”.
Rodríguez Araujo no olvida que la inquisición católica “siempre actuó en nombre de su Dios, primero contra los judíos y los infieles (musulmanes, entre otros), luego contra los protestantes en Francia o contra los católicos en la Inglaterra protestante, y así hasta el presente en las combinaciones que se les ocurra a los fundamentalistas de cualquier signo; y a los racistas también”. Para él, este brote triunfalista de los grupos conservadores muestra nuevamente el rostro de la intolerancia basada en dogmas aceptados como verdad absoluta. De lo que se trata, concluye, es de ser más humanos y superar las coyunturas electoreras que sólo buscan ganar votos entre la feligresía de cualquier signo.
Los valores de la laicidad fueron siempre patrimonio ideológico y cultural del protestantismo llamado “histórico”, de ahí que resulte un enorme contrasentido que las nuevas dirigencias evangélicas abandonen, según se ve, inconscientemente, su pasado de lucha y reivindicación de la libertad religiosa (condición sine qua non para la verdadera democracia) para caer en los brazos, nada ingenuos, de los defensores de un esquema superado hace siglos, en el que, escudados en el nombre de Dios, se sigan sometiendo las conciencia de las personas a los caprichos de unos cuantos iluminados. Algo similar les está sucediendo a los legisladores priístas, pues ellos también han dejado atrás sus principios para incurrir en la actitud más oportunista imaginable. Estamos, pues, de nuevo, ante un nuevo episodio de ataque a la laicidad en un país que no consigue salir de sus amarras históricas y culturales.
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1 “Veracruz, el estado 17 que penaliza el aborto”, en www.eluniversal.com.mx/notas/640589.html; cf. Georgina Saldierna, José Antonio Román y Carolina Gómez, “Preocupa que 17 estados vuelvan a sancionar el aborto: Unifem”, en La Jornada, 25 de noviembre de 2009, www.jornada.unam.mx/2009/11/25/index.php?section=sociedad&article=039n1soc.
2 José H. Estrada, “No presionamos a nadie para aprobar la Ley antiaborto: evangélicos”, en www.elgolfo.info/elgolfo/nota/5564-No-presionamos-a-nadie-para-aprobar-la-Ley-antiaborto-Evang%C3%A9licos, 22 de noviembre de 2009: “El pastor se pronunció a favor de la vida y ante un posible veto a dicha iniciativa; el evangélico dijo ‘el gobernador anunció la posibilidad de vetar, creemos que hay un poder de la oración, no chantajeamos que haya leyes para un sector, las leyes a favor de la vida y de toda justicia, apelamos, por el recurso y no estamos a favor de chantajes. Además va a ver gente que aun con su responsabilidad, está buscando y que están prestando de manera clandestina se practican abortos, y eso escapa a mucho, normalmente lo hará la gente aislada’”. Cf. Andrés T. Morales, “Endurecer la nueva ley antiaborto en Veracruz, piden católicos y evangélicos”, en www.jornada.unam.mx/2009/11/23/index.php?section=estados&article=033n2est.
3 R. Blancarte, “La contrarreforma mexicana”, en Milenio Diario, 24 de noviembre de 2009, http://impreso.milenio.com/node/8678096.
4 “Concluye seminario ‘150 aniversario de las Leyes de Reforma’, en www.elfinanciero.com.mx/ElFinanciero/Portal/cfpages/contentmgr.cfm?docId=226993&docTipo=1&orderby=docid&sortby=ASC, 6 de noviembre de 2009.
5 Rubén Arranz, “Protestantes condenados [en] auto de fe en 1559 serán desagraviados en Valladolid”, en www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=187702,
6 Carolina Gómez, “Elige la CEM a presidentes de 8 comisiones”, en www.jornada.unam.mx/2009/11/14/index.php?section=sociedad&article=034n3soc; cf. B. Barranco, “El riesgo de secularizar la política”, en www.jornada.unam.mx/2009/11/25/index.php?section=opinion&article=018a1pol.
7 Cf. el chat que realizó L. Paredes en el sitio web de El Universal, el 9 de noviembre de 2009, “Los secretos de la organización del Yunque.”, http://foros.eluniversal.com.mx/entrevistas/detalles/13159.html.
8 Cf. Á. Delgado, “El PAN y la santísima trinidad”, en www.proceso.com.mx/opinion_articulo.php?articulo=67560; Ídem, El Yunque: la ultraderecha en el poder. México, Debolsillo, 2006; Ídem, El ejército de Dios: la continuación de El Yunque, un libro que sacudió a México. México, Debolsillo, 2008.
9 O. Rodríguez Araujo, “¿Fin del Estado laico?”, en La Jornada, 26 de noviembre de 2009, www.jornada.unam.mx/2009/11/26/index.php?section=opinion&article=020a1pol.