El presidente de China, Xi Jingping, ha instado a los mandatarios de los países asiáticos vecinos a unirse para combatir al extremismo religioso y el ciberterrorismo, en lo que supone una petición de ayuda para hacer frente a las preocupaciones por la situación de la seguridad en la región de Xinjiang.
El Ejecutivo ha recordado que los grupos separatistas de Xinjiang, donde se encuentra una extensa minoría musulmana uighur, tienen como objetivo la formación de un estado propio, que se llamaría Turkestán Oriental y que estaría vinculado con organizaciones extremistas en otros países como Pakistán.
Xi ha asegurado que estos separatistas están siendo influenciados por otras organizaciones de milicianos que entrenan a combatientes a través de vídeos más allá de sus fronteras, por lo que se deberían realizar esfuerzos conjuntos para combatir "las tres fuerzas del mal", en referencia al terrorismo, el extremismo y el separatismo", ha indicado el mandatario.
"En la actualidad debemos centrarnos en combatir el extremismo vinculado a la religión y al terrorismo en Internet", ha asegurado Xi, que ha añadido el tráfico de drogas de la región como otro de los aspectos importantes a tener en cuenta.
Numerosas organizaciones de defensa de Derechos Humanos han señalado la marginación de la comunidad uighur como el principal motivo de la violencia de la región, que ha dejado más de un centenar de muertos en todo el país durante el pasado año y medio.
La comunidad argumenta que los beneficios económicos que se obtienen en Xinjiang, una región rica en recursos naturales y estratégicamente localizada, se invierten en la mayoría de etnia Han.
Presidente de China, Xi Jingping
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