Enrique Florescano, que estuvo de visita en Monterrey para participar con una conferencia sobre Benito Juárez en el Museo de Historia Mexicana, dentro de un programa preparado por este espacio para conmemorar su 200 aniversario, señaló que en este país, tal parece que el Estado “ha olvidado que una de sus funciones más importantes es educar cívicamente a la población sin inmiscuir las creencias religiosas”.
El presidente Fox visita al Papa Juan Pablo Segundo en el Vaticano y al saludarlo le besa la mano. En otro movimiento inconcebible para un jefe de Estado mexicano, el mismo Presidente concluye sus discursos “echando la bendición a su pueblo”.
“No es posible que el presidente termine sus discursos diciendo ‘Que Dios los bendiga’, mientras que el secretario de Gobernación manifiesta abiertamente su preferencia religiosa, cuando él como secretario es quien se debe encargar de crear las condiciones para la convivencia pacífica y la resolución de los conflictos entre los mexicanos, para que la ley se cumpla igual para todos”.
Florescano afirma que con esto los representantes del gobierno infringen su condición de representantes políticos de los mexicanos, “porque el Estado mexicano que el presidente y el secretario de Gobernación representan es un estado laico, que les prohíbe hacer afirmaciones religiosas, y sin embargo las hacen, es decir, están infringiendo una norma constitucional básica”.
“Él puede decir lo que quiera en el interior de su casa, con su familia, pero como jefe del Estado mexicano está infringiendo los postulados de ese Estado que lo hizo Presidente al emitir públicamente algo como una bendición”.
En un contexto como el que se vive ahora en el mundo, menos que nadie el gobierno debe provocar el resurgimiento de conflictos religiosos entre Iglesias y Estado, como ocurrió en la Guerra de los Cristeros, en la primera mitad del siglo XX, “en ese sentido, la ideología juarista sigue siendo el legado más valioso para México para evitar la confrontación religiosa… Que los mexicanos sigan respetando las creencias de los otros, y lo hagan en un estado de Derecho, esa es la premisa”, dijo el historiador.
El trayecto para alcanzar el estado de Derecho fue largo, como para olvidarse de él en un momento de relajamiento político. Florescano lo resume así: “La propuesta del Estado laico y su correlato, la educación laica, es el proyecto mayor de los liberales, que con Juárez se vuelve la política sustantiva del gobierno liberal, pero nace inmediatamente después que la república”.
Una sana distancia
El historiador mexicano nos aproxima al paisaje de una ruta de conflictos sociales generados por el abandono de la distancia recomendable entre el acto de gobernar y las creencias religiosas.