El Gobierno está atónito ante la decisión de la Mesa del Congreso de rendir homenaje a la monja y santa Maravillas de Jesús, a la que la Cámara ha dedicado una placa. Los únicos precedentes son Clara Campoamor, impulsora del sufragio femenino, y los reyes Juan Carlos y Sofía. La iniciativa partió del vicepresidente tercero de la Mesa, el diputado del PP Jorge Fernández Díaz, avalada por el presidente del Congreso, José Bono, y aprobada por CiU, PNV y PP. La vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, aseguró que el Ejecutivo "respeta" la decisión del Congreso, y que no tenía más que decir.
Pero la decisión no ha gustado. El grupo ERC-IU-ICV ha pedido que la Mesa reconsidere su decisión. La defensa de la iniciativa del homenaje a la santa, bautizada como María Margarita Pidal y Chico de Guzmán, se debe a que nació en 1891 en el número 36 de la Carrera de San Jerónimo, el edificio que hoy ocupa dependencias del Congreso.
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