Tendrá 7,5 metros de altura, una base de otros 6 y se emplazará en el Parque Gómez Rojas de Bellavista, frente a la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. La estatua del Papa Juan Pablo II, la más grande del mundo que recuerde a Karol Wojtyla, ha sido fuente de debate desde que "El Mercurio" revelara su creación hace dos semanas. Pero la alcaldesa de Recoleta, Sol Letelier, se mantiene firme en su apoyo al proyecto, el cual estima que mejorará considerablemente la imagen del barrio.
"Creo que la polémica pasó por un tema de desinformación. De pronto se supo la noticia de la construcción de una estatua grande, pero las personas que debían saberlo -o sea, el Consejo de Monumentos Nacionales- no estaban informados. Pero el viernes me junté con el secretario ejecutivo de la entidad, Óscar Acuña, y con la Universidad San Sebastián, y pedí que me adelantaran toda la información para, como municipalidad, presentársela al Consejo lo antes posible".
-¿Por qué se comenzó a hacer la estatua sin tener la autorización previa del Consejo?
-Simplemente fue desinformación. No hubo mala intención. El proyecto tiene una serie de etapas y de permisos que deben ir desarrollándose. Lo que pasa es que la noticia se supo antes de que el Consejo se enterara.
-La municipalidad, en definitiva, ¿apoya el proyecto, pese a las críticas?
-Sí. Este proyecto y la escultura representan el sentir y el agradecimiento de muchos chilenos en torno al rol preponderante en la historia reciente de nuestro país que tuvo Su Santidad. Por eso es que yo y toda la comunidad estamos apoyándolo. Pero lo más importante es aclarar que esto es un proyecto que no contempla solamente la estatua. Contempla la construcción de 150 estacionamientos subterráneos, la reubicación de la Plaza Gómez Rojas, la creación de una plaza en superficie. En total, son 13 mil metros cuadrados.
-¿Ha recibido quejas de los vecinos?
-No he recibido reclamos de ningún vecino de Recoleta; al contrario.
-Una de las críticas es que por sus dimensiones está fuera de escala del lugar donde se le quiere ubicar…
-En el contexto en que estará inserta la estatua, no me molesta el tamaño. La preocupación era que no se cumplieran todos los trámites legales correspondientes. Pero eso ya está encaminado.
-Algunos estudiantes ya han manifestado su oposición al monumento que, además, estará ubicado en un área donde suele haber manifestaciones ¿No teme desórdenes u atentados?
-No debiera pasar nada. Estamos hablando de la figura de Juan Pablo II, alguien transversal, que es patrimonio de la humanidad y que será santo de acá a fin de año. Al contrario, yo creo que una vez que esté la estatua, será un punto de encuentro para los estudiantes.
-¿Cree que si no estuviera en Bellavista, la escultura hubiese causado tanta polémica?
-No tiene que ver con el barrio. Siempre los grandes proyectos han generado resistencia. La gente cree que vamos a llegar y poner una estatua, pero hay un proyecto asociado, de cambio de imagen. Por ejemplo, van a salir los letreros publicitarios de 21 metros, que son tres veces la estatua.
-Algunos han reclamado por la posibilidad de que se le cambie el nombre a la Plaza José Domingo Gómez Rojas…
-Cuento con el apoyo total de los artesanos que trabajan ahí. Ellos no van a perder el nombre, y están muy contentos.