Benedicto XVI defendió hoy en Praga el "insustituible papel" del cristianismo para la formación de los europeos y aseguró que sin el cristianismo no se puede entender esta parte del planeta, ya que la belleza de sus plazas, iglesias, puentes, etc, expresan la fe cristiana.
El Papa así lo manifestó en el discurso que pronunció ante el jefe del Estado, Vaclav Klaus, el Gobierno y el cuerpo diplomático, ante los que recordó, en la Sala Española del Palacio Presidencial, que su estancia coincide con el 20 aniversario de la caída del comunismo en Europa, "que devolvió la libertad y la democracia" a los pueblos del este y del centro del viejo continente.
El Obispo de Roma afirmó que las raíces cristianas de Europa favorecieron el espíritu de perdón, de reconciliación y de colaboración que permitió abrir las puertas a una nueva era, con una renovada esperanza, "un espíritu que necesita de nuevo Europa".
El Papa Ratzinger pidió al viejo continente ser "fiel a sus raíces cristianas".
Antes del encuentro con el Gobierno y el Cuerpo Diplomático, Benedicto XVI se reunió con el presidente Klaus y su esposa. Hablaron durante quince minutos, a solas (Klaus habla perfectamente alemán) y después entró en la sala la hija del matrimonio y dos nietas.
El Papa regaló a Klaus un cuadro mosaico con la figura de San Wenceslao, el patrón de los checos. El presidente le correspondió con dos copas de cristal de bohemia, dos candelabros del mismo material y una silla para tocar el piano.