Un pastor que dirigía una iglesia en el condado neoyorquino de Queens fe sentenciado hoy a cumplir entre dos y seis años de cárcel por haber estafado a más de cien inmigrantes, en su mayoría ecuatorianos, que creyeron sus promesas de ayudarles con sus problemas migratorios.
El reverendo ecuatoriano Gregorio González, de 57 años, que operaba la iglesia pentecostal Roca de Salvación Eterna en Queens, prometía a sus feligreses la obtención de visados y hasta la residencia permanente, lo que le llevó a apropiarse de unos 845.000 dólares, según confesó a la Fiscalía.
González aseguraba a sus víctimas que tenía contactos con las autoridades de Inmigración, y que la iglesia que dirigía en ese momento había recibido visados para beneficiar a su comunidad, según relató una víctima al canal 41 de Univisión.
Su hermana y cómplice, María González, de 53 años, se declaró culpable el pasado 3 de septiembre y fue sentenciada a cinco años de libertad condicional.
Un segundo cómplice, identificado por las autoridades como Gerardo Bello, de 22 años, también se declaró culpable y fue sentenciado a cumplir entre dos y seis años de cárcel.
De acuerdo con el fiscal de Queens, Richard Brown, los hermanos González y Bello se reunieron con los inmigrantes estafados en diferentes sitios de Queens, incluida la iglesia Roca de Salvación Eterna y el apartamento de María, entre el 1 de abril y el 31 de octubre de 2008.
El trío cobraba entre 6.000 y 10.000 dólares por persona en efectivo o cheques personales, por cada inmigrante que pidió ayuda.
Brown indicó además en comunicado de prensa que durante un allanamiento en la residencia de María González, las autoridades se incautaron de 75.000 dólares en efectivo y una lista con los nombres de unas 100 personas, mucho de los cuales presentaron una queja en la Fiscalía de Queens y la policía, que originó la investigación.
Ese dinero será distribuido entre las víctimas, como parte de los 95.000 dólares que deben ser restituidos a los inmigrantes estafados.
Se prevé que tanto los hermanos como Bello sean deportados a Ecuador cuando cumplan sus sentencias.
