La presidenta de la asociación, Rosaura Ruíz Gutiérrez, dijo que para desarrollar el conocimiento científico es indispensable la laicidad
La presidenta de la Academia Mexicana de Ciencias, Rosaura Ruíz Gutiérrez, llamó a reconocer que México es diverso en muchos sentidos, incluido el sexual, y a legislar de acuerdo con esta característica de la evolución cultural.
Entrevistada en el marco de la conferencia del Premio Nobel de Química 2004, Aaron Chiechanover, destacó que los seres humanos somos el resultado, igual que las demás especies, de un proceso de evolución que inició hace tres mil 500 millones de años.
En el acto, efectuado en el Instituto de Fisiología Celular de la UNAM, indicó que la especie humana va acompañada en su formación de un proceso de evolución cultural, el cual se caracteriza por la diversidad que existe en materia de religiones, ideologías, biológicas, de tipo sanguíneo, de colores, formas, etcétera.
"Esto tiene que ser considerado ya en nuestro país. No podemos seguir legislando o planteando ideas semejantes a que la Tierra es plana o que es el centro del universo. La ciencia ha avanzado y tiene que ser tomada en cuenta", subrayó.
Ruíz Gutiérrez consideró inaceptable que se pretenda hacer ciencia con base en creencias.
"La AMC se pronuncia a favor de que las leyes se basen en el conocimiento y, por lo tanto, rechaza que se pretenda seguir haciéndolas con base en ideologías, incluida la religión".
El punto central, expuso, es que el organismo defiende la necesidad de separar a la Iglesia del Estado y a la ciencia de la religión. El país no puede avanzar sin un desarrollo científico importante, y no lo habrá si hay prohibición, por ejemplo, a cierto tipo de investigaciones.
Para el conocimiento científico, es indispensable la laicidad, porque los dogmas nos dicen que no hay que hacer ciencia. "Si ya se dijo todo en los libros religiosos, ya no es necesario hacer ciencia".
En otro tema, alertó que uno de los grandes problemas del país es que la educación no ha logrado tener una cobertura suficiente para atender a los jóvenes.
"Es gravísimo que 75% de los jóvenes que están en edad de hacer una licenciatura no tengan la oportunidad".
Y es que, puntualizó, nuestros muchachos se van de migrantes, participan en bandas o, simplemente están sin seguirse formando, o sin posibilidades de trabajo.
"El problema ya nos trasciende. Es la falta de oportunidades para los jóvenes. Tenemos que verlos como nuestra principal obligación. Tenemos que ser capaces de darles la educación que ellos se merecen".