Georg Müller, de 58 años, dejó el cargo en junio pasado tras iniciar la Iglesia católica una investigación
La Iglesia católica ha reconocido hoy un nuevo caso de abusos sexuales cometidos por uno de sus miembros, que en este caso llegó a obispo en Noruega. Georg Müller, de 58 años, ha admitido que abusó de un niño hace dos décadas, según un comunicado de las autoridades eclesiásticas del país. Müller dejó su cargo en junio pasado, alegando problemas de cooperación con otros religiosos. El Vaticano estaba al corriente de los hechos desde enero de 2009.
Los abusos se cometieron cuando Müller, de origen alemán, era sacerdote en Trondheim (sur de Noruega), y el menor, que ahora se encuentra en la treintena, era monaguillo. Tras años de silencio, el hombre contó los hechos a un sacerdote católico.
La Iglesia puso en marcha una investigación y encontró creíbles las denuncias del joven tras entrevistarlo. Interrogado sobre ellos, Müller reconoció los abusos, pero aseguró que no había otras víctimas, y ofreció su renuncia inmediatamente. El tribunal del Vaticano trató el caso y la decisión unánime de los tres jueces fue la destitución de Müller.
En un comunicado, la Iglesia católica noruega se declara "conmocionada en sus cimientos" tras revelarse que el antiguo obispo de la diócesis de Trondheim "admitió ser culpable de abusos sexuales a un menor, razón por la que dejó su puesto el año pasado".
"Quiero expresar mi compasión con la víctima y luego la vergüenza por parte de la Iglesia, destacando que Müller actuó contra todas las orientaciones y promesas que ha jurado", señaló Bernt Eidsvig, obispo de Trondheim y Oslo. Eidsvig dijo que hablaba en nombre del cardenal William Joseph Levada, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Según el periódico local Adresseavisen , que reveló la noticia, la víctima ha recibido una indemnización de la Iglesia de entre 400.000 y 500.000 coronas noruegas (entre 50.000 y 63.000 euros).
El Vaticano conocía los hechos desde finales de enero de 2009, pero no se hicieron públicos "a petición de la víctima", según la Iglesia noruega. "En mayo de 2009 el obispo presentó la dimisión, que fue inmediatamente aceptada por el Santo Padre y en junio dejó la diócesis", explicó posteriormente a la prensa el portavoz vaticano, Federico Lombardi. "La cuestión fue afrontada y examinada con rapidez, tramitada por la Nunciatura de Estocolmo, por mandato de la Congregación para la Doctrina de la Fe", dijo.
Müller, que era obispo desde 1997, anunció su dimisión durante una misa el pasado 7 de junio, aludiendo a problemas de cooperación en la comunidad, en una decisión que entonces fue recibida con sorpresa en el reducido ambiente católico del país (menos de un 5% de los 4,8 millones de noruegos).
Tras su marcha, "recibió terapia y no ha tenido ninguna función episcopal o pastoral", afirmó Eidsvig. Ahora reside en su Alemania natal.
El obispo aseguró en el comunicado que "aunque los hechos estén prescritos para la ley noruega, la justicia interna de la Iglesia prevalece". En declaraciones a la prensa, Eidsvig dijo que no conoce ninguna denuncia ante la policía de otras posibles víctimas de Müller, aunque no puede estar "seguro al 100%". La Iglesia católica noruega ha conocido otros tres casos de pedofilia, dos en los años cincuenta y otro más reciente, que implicaba a un sacerdote asiático que no fue detenido, conocido hace una década, según el obispo de Trondheim y Oslo.
En la últimas semanas, los escándalos por casos de pederastia han alcanzado al papa Benedicto XVI, acusado de encubrirlos cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe.