La asociación Europa Laica hará llegar esta semana una factura simbólica por valor de seis millones de euros al nuncio apostólico del Papa en España, en la que se refleja el coste que la visita de Benedicto XVI supone para el erario público.
Así lo anunció a Servimedia el presidente de la asociación, Francisco Delgado, quien subrayó que según datos facilitados por los ayuntamientos y las administraciones de Cataluña y Galicia, "el costo de estas 32 horas de visita ronda los seis millones de euros".
En su opinión, esto representa "un gasto elevadísimo", por lo que a través del Observatorio de la Laicidad "queremos hacer llegar al Parlamento, al Ejecutivo y al nuncio lo que ha significado la estancia del Papa en nuestro país".
Se trata de una factura en la sombra similar a la que la Consejería de Sanidad de Andalucía hace llegar a sus usuarios para informarles del coste real de los servicios que reciben, explicó Delgado, quien agregó que junto a ella enviarán las miles de firmas recogidas durante la campaña "on-line".
Al apoyar la "factura en la sombra" de Europa Laica, cada ciudadano envía una carta al nuncio apostólico en España con el siguiente texto: "Su viaje a Santiago le cuesta al contribuyente tres millones de euros; a Barcelona, 1,8 millones de euros, y a Madrid, 25 millones de euros".
MENSAJES "DENTRO DEL GUIÓN"
Según Delgado, los mensajes del Papa durante la visita estuvieron "dentro del guión" y demostraron que los representantes del Vaticano "viven en otro mundo, en el siglo XIV o así".
"Ese inmovilismo de la Iglesia en materia de libertad sexual, avances científicos y derechos de colectivos discriminados hace que cada vez más gente se aparte de ellos", subrayó, "un desapego que más que a la acción de grupos laicos, se debe a su propia actitud", apuntó.
Por último, Delgado apuntó que "aunque ahora se lamente, el Ejecutivo español es responsable de lo que está pasando" por asumir esos gastos.
A su juicio, "parece mentira que una organización que recibe 10.000 millones de euros al año del Estado encima intente dar un capón al Gobierno y a la ciudadanía española", al tiempo que calificó las críticas del Papa como "irresponsables".
