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Adopción gay y estado laico

Derivado del lamentable suceso de la detención de una pareja gay

Derivado del lamentable suceso de la detención de una pareja gay por besarse en la vía pública, diversos actores han sido entrevistados sobre su postura respecto de los derechos de la comunidad homosexual; todos han sido pusilánimes y vagos a la hora de responder, si pero no, habría que ver, yo respeto –como Bora- y esos los que mejor han respondido; ha habido personajes nefastos y de pobre mentalidad que han llevado más allá su opinión con la clásica frase que comentábamos en la columna pasada: respeto a los homosexuales, pero que no adopten, que culpa tienen los niños.

Insisto en que esa es una postura homofóbica y discriminatoria; cuando dicen respeto a los homosexuales, en realidad quieren decir, pobre gente, ya es así, ni modo, pues que anden ahí, ni modo que los matemos, pero al decir que no adopten porque los niños no tienen la “culpa”, refrendan el desprecio por la preferencia sexual por el mismo género. ¿Culpa de qué tienen que tener los niños, o a que se refieren? Es decir que ven la homosexualidad como un castigo que recaería en los infantes. Cosa más absurda porque no hay nada que indique que la preferencia sexual esté determinada por la convivencia que se de entre los padres. Si esa suposición fuera cierta, pues no habría homosexuales, porque los homosexuales nacen de parejas heterosexuales ¿o no?

Quienes argumentan las condiciones naturales o divinas de cómo deben de ser las cosas, están en su derecho, si creen que es una aberración que dos personas del mismo sexo se quieran, están en su derecho de pensarlo así, si creen que persiste en el ser humano la condición de animales que solo atienden al instinto reproductor y no existen otras razones para que se den distintos tipos de convivencia social, sexual y sentimental, muy bien por ellos. Solo es importante señalar que esa visión que ellos tienen es cierta y válida para su propia vida, no para imponerla a los demás.

El estado como institución social, y particularmente el estado laico no está para tomar partido sobre creencias religiosas e imponerlas a todos, por el contrario, está para garantizar que todas esas creencias puedan convivir sobre la base del respeto mutuo. ¿Le van a echar carrilla a un niño que tenga dos mamás o dos papás? Lo mas seguro es que si, como también se van a burlar de él si es prieto, gordo, saca dieses, le va al américa o usa lentes. Esos que argumentan que se van a burlar de los niños de las parejas gay no dicen que los que se van a burlar de ellos son sus hijos, los que al parecer están siendo criados por esas mismas personas en la intolerancia y la discriminación. Si tanto les preocupa que se burlen de los hijos de las parejas gays, porqué no empiezan a educar con los valores cívicos necesarios a sus plebles para que comprendan y respeten a los demás. Existen valores cívicos o laicos que son tan válidos y tan necesarios como los enunciados religiosos que deberíamos ejercitar, porque no todos somos católicos, cristianos o ateos, pero sí somos todos ciudadanos integrantes de una sociedad en la que debemos convivir.

La homosexualidad es una preferencia sexual, nada más, quienes tienen esta preferencia sexual no tienen cinco ojos ni cuatro manos ni nada que les reste o demerite su condición humana. Además de seres humanos, por si no fuera poco, son ciudadanos como todos, que tienen derecho a que el estado les proporcione las condiciones legales, como a todos, para vivir con dignidad, y como ciudadanos, ejercer sus derechos, y desde luego, cumplir con sus obligaciones.

Esa gente que alega que lo “natural” es que un hombre y una mujer procreen hijos y formen una familia y vivan felices para siempre, seguramente no se han percatado que esa fórmula mágica hace años que dejó de ser infalible y que ante el cambio social, las leyes que regulan nuestra convivencia deben también adaptarse para ser eficaces. La familia tradicional como ideal es plenamente válida, pero no podemos negarnos a la realidad que vivimos como sociedad, ¿acaso el fenómeno de las madres solteras o adolescentes no es una realidad? ¿También a ellas les van a cuestionar su capacidad de criar un niño? O van a argumentar que son madres porque la naturaleza es sabia y por obra de un milagro serán iluminadas para saber como criarlo por encima de una pareja madura que desea contraer esa responsabilidad. Hablando del bienestar de los infantes habría que decir que impedir la adopción legal de una pareja gay solo deja en la indefensión jurídica al menor, pues como todos sabemos las parejas gay de mujeres, se las ingenian para que una de las dos logre concebir y así tener un hijo, en el caso de los hombres es cada vez más común también que se renten úteros o se lleguen acuerdos con mujeres para que al concebir el bebé ésta lo ceda al padre (Ricky Martin, Michael Jackson), es decir, que por ser el padre biológico se le concede el derecho de tener a su bebé, aún siendo homosexual, así que para esas mentes puristas lo que deberían promover es ya de plano la castración de los homosexuales para que no puedan engendrar.

Cuando no se da la adopción legal, solo el padre biológico dentro de la pareja gay tiene derechos y responsabilidades para con el menor, en caso de separación o de la muerte del padre, o la madre biológica, el otro padre no tiene legalmente ni derechos ni obligaciones para con el menor, lo cual no puede ser bueno ni justo para el propio infante. Si dentro de la pareja el padre biológico no es el que trabaja, o si en su trabajo no cuenta con seguridad médica y otras prestaciones, el otro padre al no tener ningún vínculo legal con el menor no puede proporcionarle, por amor o por obligación, los servicios médicos y demás beneficios de la seguridad social, éste tipo de asuntos, de naturaleza jurídica, de derechos y responsabilidades de sus ciudadanos son los que el estado laico debe cuidar y garantizar. Ahora que vemos los terribles eventos que se han suscitado en nuestro estado, en especial en Los Cabos donde han sido abusadas y asesinadas de manera inhumana varias jóvenes, hijas de esas familias ideales con figura paterna y materna por los propios familiares, que vemos como crece la drogadicción y la violencia, más allá de una mera preferencia sexual deberíamos valorar el deseo genuino de una pareja de fortalecer su unión y de emprender juntos un proyecto de vida tan importante como es criar un hijo, y por lo menos darle el beneficio de la duda. Y si se vuelven homosexuales, pues está bien, porque no es un crimen, porque vale más un ciudadano productivo que contribuya al desarrollo del estado, sin importar que sea gay, a esos pobres muchachos, que no serán homosexuales, pero son unas lacras que roban, que venden droga y son los que nos tienen atemorizados como sociedad.

Y si tanto se asustan de la homosexualidad por sus creencias religiosas, y si tanto se preocupan de los niños, vayan con su párroco y exíjanle que haga algo contra los brutales crímenes cometidos contra esos pobres niños.

“Legionarios necios que acusáis al gay sin razón, sin ver que sois la ocasión, de lo mismo que juzgáis”: Sor Juano Gay de la Cruz

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