Jóvenes de las milicias cristianas saquean justo después la zona que ocupaban los desplazados en Bangui
El conflicto interétnico que azota a la República Centroafricana (RCA) deja secuelas a día que pasa. Este domingo, sin ir más lejos, cerca de 1.300 musulmanes que se escondían en la periferia de Bangui, la capital, frecuentemente atacados por las milicias de la mayoría cristiana, lograron por fin huir en un impresionante convoy, escoltados por la fuerza africana Misca, con destino al norte del país.
Dieciocho semiremolques, cargados de mercancías, en los que también eran trasladados los desplazados, abandonaron Bangui hacia el mediodía, bajo la protección de una fuerte dispositivo militar de la fuerza de interposición africana en la RCA.
Justo después de su partida, cientos de jóvenes que esperaban a pocas decenas de metros de los camiones acudieron al PK-12, el punto quilométrico 12, donde vivían los musulmanes, se lanzaron a saquear la zona, según pudo constatar un equipo de la agencia AFP.
Los 1.300 desplazados, que ya habían abandonado sus domicilios para ocupar el PK-12, se encontraban atrapados desde hace cinco meses en este estrecho corredor de la ruta hacia el norte del país, del que esperaban escapar en convoys humanitarios con destino a Chad. Desde entonces han sido víctimas de ataques frecuentes de los 'anti-balaka', las milicias de mayoría cristiana.
Estas milicias, formadas por jóvenes, se dedican a atacar a los musulmanes para vengar a los cristianos, mayoritarios en la RCA (cerca del 80%), de los daños infligidos por los rebeldes de la Séléka, de mayoría musulmana, mientras estuvieron en el poder entre marzo del 2013 y enero del 2014.
Los desplazados vivirán en las proximidades de la frontera chadiana. Varios miles de musulmanes sobreviven todavía en Bangui, en el barrio PK-5, protegidos por los soldados burundeses de la Misca.
Soldados de la Misca escoltan el convoy de musulmanes en su partida de Bangui, este domingo.
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