El episcopado brasileño, algunos de cuyos miembros llegaron a pedirle a los electores que no votaran por la candidata oficialista Dilma Rousseff, felicitó hoy a la presidenta electa del país en un comunicado en el que le pidió cumplir sus promesas.
La Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) divulgó un comunicado de felicitación a los vencedores de las elecciones de octubre (presidenta, gobernadores y legisladores) en el que se abstuvo de mencionar las discrepancias de algunos de sus miembros por el tema del aborto con Rousseff, que sucederá a Luiz Inácio Lula da Silva.
"La CNBB felicita de manera especial a la señora Dilma Rousseff, elegida presidenta de la República y a quien le corresponderá dirigir los destinos de la nación brasileña en los próximos cuatro años", asegura el comunicado.
Los obispos pidieron en su nota el cumplimento de las promesas de campaña pero tampoco mencionan de forma específica la declaración que Rousseff suscribió por presiones de religiosos, en la que se comprometió a no proponer la legalización del aborto.
"De ella y de los demás elegidos se espera fidelidad en el cumplimiento de las promesas presentadas durante la campaña electoral. Pasadas las elecciones, el compromiso de todos es unir los esfuerzos para la construcción de un Brasil con paz, justicia social y vida plena para todos", agrega la nota.
Rousseff, que fue elegida ayer como primera presidenta de Brasil con el 56,05% de los votos, suscribió el mes pasado una declaración en la que se comprometió a respetar todas las religiones y a no presentar a consideración del Congreso un proyecto de ley para legalizar el aborto.
La declaración fue una respuesta a varios obispos católicos y líderes evangélicos que la atacaron y le pidieron a los electores que la vetaran por antiguas entrevistas en las que se había manifestado partidaria de la legalización de la interrupción del embarazo.
Reiteradamente Rousseff alegó ser personalmente contraria al aborto.
Algunos analistas atribuyeron a los ataques de los religiosos la pérdida de intención de voto que la candidata apoyada por Lula sufrió en los días previos a la primera vuelta de las elecciones y que terminó aplazando la decisión para la segunda vuelta celebrada ayer.
En la polémica terció incluso el Papa Benedicto XVI que, en una reunión con obispos brasileños la semana pasada, alegó que los religiosos tienen derecho a pronunciarse sobre asuntos políticos y la obligación de luchar contra los sectores que defienden la legalización del aborto.