Garantizar la laicidad del sistema educativo, excluyendo a toda religión de sus centros y apostar por la coeducación, como mejor herramienta para educar a nuestras alumnas y alumnos
El ministro se sale con la suya y el Partido Popular haciendo uso de su rodillo parlamentario le da luz verde a la LOMCE (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa), dicha ley significa un gran retroceso para la educación pública española. Todo sistema educativo que se precie debe estar basado en una educación pública, libre, democracia y ser garante de la coeducación, la equidad en los centros, la gratuidad en todos los niveles, universal, laica, científica y, sobretodo, de calidad. Este modelo educativo tiene que estar puesto al servicio de la formación integral de la ciudadanía. La educación es un derecho que debe estar garantizado por el estado puesto que se trata de una gran inversión social. En definitiva su objetivo es el deformar ciudadanos críticos, analíticos, curiosos, solidarios y comprometidos socialmente. Por todo ello es prioritario el priorizar la inversión pública en educación alcanzando una costa de gasto del 7% del PIB, para conseguir que realmente nuestra educación sea Pública, Universal y Gratuita. Hay que asegurar el papel hegemónico de la escuela pública mediante la total derogación de los conciertos con la enseñanza privada. Deberemos mejorar y garantizar la oferta pública educativa, incluyendo la etapa de 0 a 3 años, mediante una red de centros públicos dotados de todos los recursos para poder atender las necesidades individuales del alumnado. Es imprescindible la reducción significativa de la ratio alumno aula hasta situarla en niveles que garanticen la calidad del sistema educativo, para ello se requiere aumentar los recursos financieros y humanos de los Centros, permitiendo de este modo la atención individualizada que cada alumno necesite. Y para poder complementar adecuadamente este nuevo sistema educativo que deseamos, habrá que: Aumentar la dotación de las becas de estudio, generalizar la gratuidad de los libros de texto en las etapas de educación obligatoria y generalizar la gratuidad de los comedores escolares, etc. Garantizar la laicidad del sistema educativo, excluyendo a toda religión de sus centros y apostar por la coeducación, como mejor herramienta para educar a nuestras alumnas y alumnos en el respeto entre géneros. Potenciar la Universidad pública y gratuita e impulsar la gestión democrática de todas las instituciones educativas. Reforzar la FP para que sirva como formación de todos los trabajadores en tareas y profesiones socialmente necesarias, pero que impida a su vez la explotación y la sumisión de estos. Claro que sí, frente a la reforma Wert hay alternativa; frente a la LOMCE hay una alternativa educativa para todos los ciudadanos, para los trabajadores.
