Tras mi Carta abierta a la Virgen de las Angustias, algunos granadinos católicos me han reprochado 'amablemente' varias cosas que no tienen solución*, pero hay una que sí la tiene: que no soy nada concreto en mis exigencias granadinistas a la Virgen. Mencionan asuntos tan dispares como la incierta llegada del AVE, la salvación del Granada CF (por sus repercusiones económicas), la cuestión del metro y del tráfico en general, la desmovilización ciudadana, el paro, y los problemas escolares de los niños, en particular con las Mates y la Lengua.
Les estoy respondiendo que estos detalles se los dejo a ellos, recordándoles, para que las recen si quieren (yo no puedo, ya saben que tengo menos fe que un obispo, y carezco de su hipocresía), que tienen plegarias adaptadas a cada caso, o eso me parece por sus títulos. Pueden comprobarlo:
* A pesar del ánimo constructivo que se percibe en este escrito, lo que más me han reprochado es que a veces parece que ridiculizo creencias religiosas, que me burlo de ellas. Esto prueba que muchas veces las cosas son como parecen. No me da ningún reparo, es una forma persuasiva de desenmascararlas. Cuando con tan ridículas creencias (no sólo las católicas, aunque aquí hayan sido las de mayor impacto) nos vienen robando, avasallando y hasta matando desde tiempos remotos, ¿quieren impedir –usando, si es preciso, el Código Penal, cuando no otras herramientas más contundentes– incluso que nos riamos de ellas? Es curiosa, por cierto, la falta de sentido del humor de Jesús, Mahoma, Buda… El propio Dios tiene la "gracia" donde los obispos.
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