Belloch recordó que, además de ser una obra de arte, lleva en ese espacio desde el siglo XVIII
Chunta Aragonesista e Izquierda Unida se quedaron ayer solas a la hora de pedir la retirada de cualquier símbolo religioso de los espacios oficiales del Ayuntamiento de Zaragoza. PSOE, PP y PAR, que durante la misma sesión plenaria se enzarzaron de forma agria en los debates sobre el trasvase a Barcelona, se mostraron en esta ocasión unidos para rechazar la moción, presentada por iniciativa de CHA.
El propio alcalde, el socialista Juan Alberto Belloch, se mostró contundente a la conclusión del debate al asegurar que, mientras él esté al frente del Ayuntamiento y cuente con los votos necesarios, el salón de plenos municipal mantendrá en su sitio el crucifijo que lo preside. Belloch recordó que, además de ser una obra de arte, lleva en ese espacio desde el siglo XVIII.
En este sentido, el regidor de la capital aragonesa arguyó que "las sociedades más maduras son las que no cambian las costumbres y tradiciones, sino que las acumulan y superponen". Para el alcalde, le "basta" con que el crucifijo lleve en su sitio todo ese tiempo, aunque añadió: "Creo que eso no tiene que ofender a nadie". También se mostró rotundo el concejal del PP Manuel Medrano, quien consideró "lesivo para nuestra historia y para el respeto de nuestras tradiciones" el contenido de la moción de CHA.
Al defender la retirada de símbolos religiosos, la concejal nacionalista Carmen Gállego -en la pasada legislatura miembro del equipo de gobierno de Belloch-, fue especialmente beligerante con la presencia de este crucifijo en el lugar donde se reúne el Pleno.
La propuesta de Chunta solicitaba, además, la declaración de la aconfesionalidad institucional del Consistorio zaragozano y que se dejara "absoluta libertad" a sus miembros para acudir o no a manifestaciones de carácter religioso de cualquier otra confesión distinta a la católica. El objetivo de la iniciativa era adaptar el reglamento de procotolo, ceremonial, honores y distinciones del Ayuntamiento a "las nuevas realidades". "No hay que privilegiar ni perjudicar a confesión alguna", dijo Gallego. Para el otro partido que apoyó la moción, IU, ninguna religión tiene carácter estatal, por lo que "las ceremonias religiosas-patrióticas sobran delos lugares y actos públicos", según indicó el concejal José Manuel Alonso.
En el pleno intervino un miembro del Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL), Ángel Ruiz, quien aseguró que su colectivo se había quedado "perplejo" ante el reglamento del protocolo del Ayuntamiento de Zaragoza porque "parece que la confesión católica tiene un inequívoco carácter municipal".