Los docentes temen que Educación asigne esas clases a titulares de Griego, Filosofía, Música o Latín para que completen así su jornada. Esta medida es entendida por un centenar de docentes como «una agresión, ya que se nos obliga a impartir las clases alternativas sin tener en cuenta nuestros principios ni creencias», expresan en un comunicado al que, según los cálculos de los sindicatos Sterm y CC OO, se han sumado un centenar de profesores. Los profesores objetores consideran que su formación no les capacita para impartir clases de Hecho Religioso, «una materia que nunca hemos estudiado ni se incluye en los temarios de la oposición». Los docentes son conscientes de que, como funcionarios, no pueden negarse a impartir las clases.
La iniciativa a este movimiento de objeción de conciencia partió del Claustro de Profesores del Instituto Julián Andúgar de Santomera, donde 36 docentes firmaron una comunicación mostrando su adhesión a la protesta.
Óscar Urralburu, portavoz del sindicato Sterm, considera además que el contenido aprobado por el Ministerio de Educación para la modalidad no confesional «está impregnado de un sesgo ideológico impresionante. La Comunidad debe reconocer el derecho de los profesor a objetar». El consejero de Educación, sin embargo, difiere de esa apreciación.«La alternativa no tiene nada de confesional. Es como si un profesor de Filosofía se niega a impartir las corrientes que no asume». La consideración de la Religión como materia puntuable tampoco es admitida por Francisco Oñate, diputado del PSOE y responsable de Educación.
