La marcha reivindico un Estado laico, los derechos de la mujer o el aborto y denunciaron el gasto público de la visita papal.
Las manifestaciones siguen sucediéndose diariamente en Rio de Janeiro mientras los peregrinos toman las calles de la ciudad durante la Jornada Mundial de la Juventud. El encuentro entre ambos, manifestantes y católicos, es ocasional y generalmente pacífico, pero durante la tarde del sábado se vivieron algunos enfrentamientos verbales en la avenida de la playa de Copacabana.
La conocida como 'marcha das vadias' (marcha de las golfas) ya tenía previsto partir de la playa de Copacabana desde antes de que la vigilia y las misas del Papa se trasladaran allí por culpa del mal estado del descampado ante el cual iba a dar su discurso en Guaratiba, a 50 kilómetros de Rio. Pero el traslado a Copacabana de la vigilia hizo coincidir a millares de peregrinos con los alrededor de 400 manifestantes que marchaban por el estado laico y los derechos de las mujeres.
Los ataques de algunos asistentes a la iglesia y la presencia de algunas chicas en 'top less' fueron considerados como una provocación por algunos peregrinos, lo cual derivó en pequeños enfrentamientos verbales. Algunas participantes de la protesta, asimismo, rompieron figuras religiosas.
"Brasil es un país laico pero la iglesia coloca reglas sobre nuestras vidas y nuestros cuerpos. Si por ser libres somos golfas, entonces somos todas golfas", señaló Angélica, que marchaba en contra de las imposiciones de la iglesia. "Yo estoy aquí por el fin del machismo y la legalización del aborto. Si ellos se escandalizan, lo siento, yo también me escandalizo con las propuestas absurdas que la iglesia hace cada día", aportó Beatriz, otra manifestante.
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