La opción confesional en la escuela pública es minoritaria en ESO y bachillerato
La asignatura de religión ya no es de elección mayoritaria en la escuela pública, sobre todo a partir de 4º de Primaria, la edad de la primera comunión. Cuando llegan al Bachillerato -17 y 18 años-, únicamente el 37% de los alumnos opta por estudiar en clase una de las cuatro confesiones cuya enseñanza financia el Estado: católica, evangélica, musulmana y hebrea. Hace seis años el porcentaje era del 43,2%. La Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) también refleja una caída lenta y constante: 44,7% en el curso 2006-2007, el último analizado por el Consejo Escolar del Estado, frente al 54% del curso 1999-2000. En Primaria, los laicos siguen siendo minoría y el 74% del alumnado está matriculado en religión, si bien la opción aconfesional ha aumentado ocho puntos en el último lustro.
El 91% de los adolescentes de Baleares escoge la alternativa laica
Estas cifras, que incluyen una creciente demanda de matriculaciones en religión evangélica, seguida de la musulmana y la hebrea, invalidan, en opinión de los expertos consultados, las declaraciones de la jerarquía católica en el sentido de que la escuela pública sigue siendo abrumadoramente confesional.
La profesora de ciencias sociales y responsable del gabinete de estudios de la federación madrileña de Enseñanza de Comisones Obreras, Mar Rodríguez, asegura que "los datos son tozudos" y que "la sociedad es cada vez más laica". La evolución de los datos de los últimos diez años revela, en su opinión, que no se trata de un comportamiento sociológico pasajero, sino de "una transformación estructural de la sociedad española".
Esta investigadora, que supervisó una encuesta del sindicato sobre opciones religiosas entre 5.220 alumnos de la comunidad de Madrid, observó otro comportamiento social relevante: "Hay una reducción de más de diez puntos al finalizar 4º de Primaria, la edad de las comuniones, cuando terminan las catequesis en las parroquias. Al concluir esta fase, muchos padres escogen la asignatura alternativa, lo que da a entender que este tipo de ceremonias tiene un valor más social que religioso".
En algunas comunidades autónomas los laicos son ya mayoría en los niveles de Primaria. Es el caso de Cataluña, donde sólo el 33% de los alumnos de menor edad estudian religión, y el País Vasco, con el 38%. Las autonomías con mayor prevalencia de la religión católica en la escuela pública son las de la mitad sur: Andalucía (90,9%), Extremadura (93,5%) y Castilla-La Mancha (89,4%). Entre ambos extremos del abanico se sitúan las demás. Ceuta y Melilla ofrecen claras mayorías de clases de religión (98,4% y 92,2%, respectivamente), pero su reparto es muy distinto del resto de España: 4.776 alumnos ceutíes estudian doctrina católica, y 2.827, musulmana. En Melilla, hay empate entre católicos e islámicos, alrededor de 3.300 menores.
En Secundaria, ocho autonomías, más Ceuta y Melilla, se suman a la mayoría laica. Son Baleares (donde únicamente el 14,3% continúa en religión), Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Madrid y La Rioja. En Bachillerato, última etapa de la enseñanza pública no universitaria, ninguna comunidad autónoma tiene mayoría de alumnado religioso. La que más se acerca es Extremadura, con el 49%. Las aulas menos confesionales están de nuevo en Baleares, donde sólo nueve de cada cien adolescentes van a clase de religión.
"Dios creó al hombre y al mono y luego se juntaron"
Virginia, una alumna de sexto de Primaria de un colegio concertado de Madrid, tiene ideas propias sobre el origen del hombre. "Al principio no había nada", narra esta niña, hija de profesionales liberales de creencias católicas. "Entonces se produjo el Big Bang. Y en ese momento apareció Dios. Primero creó al hombre y de su costilla, a la mujer. Los puso arriba. Creó después a los monos y los puso abajo. La teoría de Darwin dice que los monos evolucionaron hasta alcanzar al hombre. Se juntaron y hasta hoy".
Esta niña intenta conciliar desde sus 12 años las dos explicaciones opuestas que recibe en el colegio sobre el origen del universo. Por un lado, estudia en clase de religión católica la creación como la narra el Génesis. El profesor se basa en el libro de texto de la editorial Edebé, una de las más populares del sistema educativo. Por otro, atiende a la explicación sobre la evolución de las especies en clase de conocimiento del medio. No sabe cuál de las dos versiones es la verdadera y las armoniza como puede.
Pero Virginia, si no aclara conceptos, suspenderá la asignatura que no es opcional, la de ciencias. Por esta razón son muchas las voces que piden que las doctrinas confesionales salgan de las aulas. Entre ellas la del teólogo y profesor de religión Luis Guridi, fundador de la Asociación Nacional de Profesores de Religión, que agrupa a enseñantes de signo progresista. "Muchos profesores no se creen lo que están enseñando. Pero no se atreven a cuestionarlo. Y generan tremendas confusiones en el alumnado. Es lamentable porque estamos hablando de niños", comenta.
Disparates
El portavoz de la Asociación de Directores de Institutos de Enseñanza Secundaria, José Antonio Martínez, califica tales situaciones de "barbaridades" e insiste en el carácter aconfesional que debería tener la escuela pública. "Es tan fácil adoctrinar a los niños… Los alumnos se creen prácticamente todo lo que les soltamos desde la cátedra. Por eso es urgente que Educación ponga fin a estos disparates".
En la otra orilla ideológica, Jaime Urcelay, presidente de los católicos Profesionales por la Ética, recuerda que el Vaticano nunca ha condenado a Darwin y que los niños deben saber que la evolución de las especies puede ser una teoría válida, "pero la creación del alma siempre corresponderá a Dios".