El Arzobispado de Madrid teme «incidentes y ataques». Ve un «grave» perjuicio a los alumnos católicos si se cambia de sitio el templo de Geografía
COMENTARIO: Para el laicismo no es sólo una cuestión de espacio y de necesidades académicas, que por supuesto lo es. Es fundamentalmente un tema de principios. No estams en un Estado confesional donde la iglesia católica pueda seguir manteniendo este tipo de privilegios, que suponen una vulneración de la libertad de conciencia de quienes no profesen esa religión, la igualdad de todas las creencias y convicciones -aquí se discrimina a todas las opciones no católicas-, a la neutralidad del Estado respecto a las confesiones religiosas al ser una de ellas beneficiara de gozar de ocho capillas en una sola Universidad y de los recursos económicos públicos que de esta situación se deriva. Es claro que hay una confusión entre el Estado y las confesiones religiosas, tanto al dotar de recursos a una de ellas, como al considerar que la Universidad deba tener entre sus fines la asistencia religiosa del alumnado universitario y por ello les dota de estos espacios religiosos. Y desde el punto de vista negativo del derecho a la libertad de conciencia y religión, nadie lo vulnera al eliminar las capillas de la Universidad, pues tanto su alumnado como el personal docente o no, pueden ejercerlo en los templos existentes, igual que cualquier otra persona.
La capilla de la Facultad de Geografía de la Complutense está en la planta baja del vetusto edificio. Hay una pila bautismal a la entrada y 10 bancos rojos alineados delante de un portal de Belén. Todos los días se celebra una misa. A pocos metros, un aula más pequeña, de unos 50 metros cuadrados, sirve para albergar clases sueltas de Historia de América o Numismática. El decano de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad Complutense, Luis Enrique Otero, quiere cambiar una por otra aduciendo motivos de espacio. El Arzobispado de Madrid lo rechaza y alerta de que supondría un “grave e irreparable perjuicio a los cristianos de esa facultad” y del riesgo de “incidentes y ataques nada deseables”.
Hace dos años, varias decenas de alumnas irrumpieron en la capilla de la Facultad de Psicología. Algunas se desnudaron y se besaron en una performance de protesta. Hubo cuatro detenidos y una gran polémica que vuelve a reabrirse. La Complutense y el Arzobispado se reunirán a final de mes para retomar aquel debate: ¿Tienen cabida los centros de culto en las universidades públicas?
“Nuestra función es la docencia y la investigación. No debería haber capillas en los centros públicos en un Estado aconfesional”, reflexiona el decano de Geografía. En junio de 2010, impulsó una iniciativa que respaldó la junta de facultad (formada por alumnos, profesores y personal de administración) para reclamar el cierre de la capilla. Aún era rector Carlos Berzosa y no había estallado la polémica del Campus de Somosaguas, que provocó todo tipo de reacciones tanto a favor como en contra (manifiestos de laicidad, misas multitudinarias en el campus…) pero ningún cambio. La petición de Geografía e Historia quedó congelada.
El actual rector, José Carrillo llegó en abril de 2011, con la polémica aún caliente, y se mostró partidario de debatir sobre si las capillas “son necesarias en el ámbito público” aunque añadió que no era un tema “prioritario”. La petición de cambio de aula que ha tramitado Geografía ha vuelto a poner el asunto sobre la mesa.
Las capillas de la Complutense, con ocho templos, quedaron protegidas en un acuerdo firmado hace 20 años entre el Arzobispado y el entonces rector Gustavo Villapalos. La Complutense se ha acogido a ese convenio para convocar una reunión con el Arzobispado, que se celebrará el próximo 23 de enero. Un portavoz del Rectorado descartó ayer pronunciarse e indicó que manifestarán su postura tras el encuentro, sin aclarar si denunciarán el convenio para sacar los templos de la universidad como señalaba el diario La Gaceta el 3 de enero.
Una representante del Arzobispado de Madrid también declinó hacer declaraciones, aunque su postura está recogida en la carta que el obispo auxiliar de Madrid, César Franco, envió a la Complutense tras conocer la intención de Geografía de cambiar la capilla de sitio.
Los problemas de espacio, explica el decano, se deben a la progresiva implantación del Espacio Europeo de Educación, el llamado plan Bolonia. Geografía pasó de tres licenciaturas a albergar cinco grados, con unos 140 alumnos más y nuevos másteres. La filosofía del plan Bolonia obliga además a desdoblar los grupos grandes en clases más pequeñas para garantizar las prácticas. Luis Enrique Otero explica que han hecho obras para dividir en dos las aulas más grandes y que ocupan todas las dependencias de la facultad —“hasta la biblioteca”— para dar clase, aunque siguen sin espacio suficiente mientras mantienen “una capilla abierta a la que apenas acuden cinco o 10 personas al día”, según sus estimaciones. “¿Qué deberíamos decir si alumnos de otras confesiones religiosas también quieren un templo para orar? ¿No tendrían el mismo derecho?”, se pregunta.
Tras recibir la petición de Geografía, la asesoría jurídica de la Complutense elaboró un informe que establece los pasos a seguir. Primero hay que reunir a la comisión mixta (con tres representantes de cada parte interesada) e intentar alcanzar un acuerdo para la desacralización de la capilla.
El argumento de la falta de sitio no convenció al Arzobispado. “Las razones aducidas de espacio son insuficientes para justificar un daño tan gran ocasionado a los alumnos, profesores y PAS [Personal de Administración y Servicios] que a diario se benefician de los servicios religiosos”, manifestó en una carta el obispo auxiliar César Franco el pasado febrero. Tras los sucesos de Somosaguas, Franco presidió en marzo de 2011 una misa de desagravio en el campus por la “profanación” de la capilla, que comparó con el episodio de la Biblia en el que Jesús expulsó a los mercaderes del templo. En su misiva, relaciona la petición de Geografía con riesgo de “nuevos incidentes y ataques nada deseables” tras recordar los “desagradables sucesos por parte de algunos grupos que de manera irrespetuosa e intolerante atacaron” el lugar de culto.
Añade que esta decisión podría producir “un grave e irreparable perjuicio a los cristianos de esa facultad”. Según su versión, es “muy frecuentada y presta servicio a un creciente número” de fieles. El obispo auxiliar destaca además que el arquitecto que proyectó la facultad la diseñó “como lugar particularmente cuidado y reservado para el culto”.
Su condición de “lugar sagrado” evita dedicarlo a usos diferentes “o profanos”, según Franco, “a no ser que, por razones graves, se proceda a la desacralización de la capilla por parte de la autoridad competente”, que en este caso sería el arzobispo de Madrid, Antonio Maria Rouco Varela. Apela a que esta decisión “no responde al verdadero espíritu universitario” al que aludió el Papa Benedicto XVI en su visita a Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud: “la Universidad está llamada a ser la casa donde y busca la verdad propia d de la persona humana”.
Capilla de la Facultad de Geografía e Historia de la Complutense. / SAMUEL SÁNCHEZ
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