Era la primera vez que la ONG holandesa Women on Waves iba a atracar en un país islámico donde la interrupción del embarazo sólo está permitida en caso de riesgo para la vida de la madre
Marruecos impidió hoy la entrada en sus aguas territoriales del denominado "barco del aborto" de la ONG holandesa Women on Waves para llevar a cabo interrupciones del embarazo, en aguas internacionales.
Según un comunicado publicado hoy por la ONG holandesa, el puerto Marina Smir de Tetuán, en el norte de Marruecos, donde debería atracar el barco "está completamente cerrado", mientras que las autoridades portuarias y la Gendarmería declinaron dar ninguna información al respecto.
Era la primera vez que este barco, que en 2008 navegó por aguas españolas, iba a atracar en un país islámico donde, además, sólo está permitido el aborto en caso de riesgo para la vida de la madre. En el puerto se congregaron unos cincuenta manifestantes, mayoritariamente jóvenes, coreando eslóganes como "Dejadlos nacer", "Aborto, crimen contra la humanidad", "Derecho a la vida", "Fuera asesinos" y otros lemas hostiles a los planes del barco abortista.
Dos miembros de Women on Waves empezaron a distribuir octavillas en las que explican sus razones para apoyar el derecho al aborto y la iniciativa de repartir píldoras abortivas a quienes así lo deseen, pero terminaron abandonando el lugar hostigadas por los manifestantes. La policía mantiene una discreta presencia a la entrada del mismo puerto, donde también hay numerosos periodistas.
Entre 600 y 800 mujeres abortan al día en Marruecos de forma clandestina
La llegada del barco holandés ya ha levantado una agria polémica en varios diarios, todos opuestos a sus actividades, que ni siquiera cuentan con el apoyo de la Asociación Marroquí para la Lucha contra el aborto clandestino, Chafik Chraibi, quien dijo a Efe que se trata de "una provocación que no hará sino irritar a la opinión pública".
Chraibi dijo, sin embargo, que la polémica suscitada por el barco ha tenido la virtud de volver a poner sobre la mesa el problema del aborto clandestino, practicado por entre 600 y 800 mujeres diariamente en Marruecos y que expone a la mujer y al médico a penas de entre uno y cinco años de cárcel.