El dibujante danés Kurt Westergaard, cuyas caricaturas de Mahoma causaron hace siete años una oleada de protestas violentas en el mundo musulmán, ha advertido este jueves de que los occidentales no deben censurarse a sí mismos por temor a ofender las sensibilidades islámicas.
Westergaard, cuyos dibujos en el diario danés 'Jyllands-Posten' estuvieron a punto de costarle la vida en 2010, ha declarado a la revista austríaca 'News' que no lamenta lo que hizo y que su libertad de expresión es demasiado valiosa para renunciar a su trabajo.
"¿Deberíamos permitir en el futuro que nos censuren las autoridades islámicas de países profundamente antidemocráticos? ¿Se les debe permitir que, en el futuro, le digan a la canciller alemana a quién se debe respetar y a quién no?", declaró, en referencia a unas declaraciones de Angela Merkel sobre su trabajo.
Westergaard, de 77 años, vive en un constante temor por su vida. Su vivienda se han convertido en una 'fortaleza', con una comisaría de Policía en el jardín de la parte trasera y con escoltas que le acompañan a él y a su esposa en el asiento de atrás de un automóvil acorazado.