Participará en la campaña de su candidato a la alcaldía de Sao Paulo ante la victoria en los sondeos de Celso Russomanno, respaldado por las iglesias evangélicas.
La actual presidenta brasileña, Dilma Rousseff, resolvió entrar de lleno en la campaña por las elecciones municipales de octubre, que serán un test para su gobierno.
Rousseff había manifestado a sus colaboradores que consideraba que era prescindible su participación en la campaña municipal, pero eso fue antes de conocer la sólida posición en las encuestas de Celso Russomanno, candidato respaldado por las iglesias evangélicas en Sao Paulo , que lleva 19 puntos de ventaja sobre Fernando Haddad el candidato de su fuerza política, el Partido de los Trabajadores (PT).
La decisión, según informaron fuentes del propio gobierno, es el consejo recibido de su correligionario político Luiz Lula da Silva tras consultarle por el liderazgo sólido que mantiene un candidato evangélico a la alcaldía de Sao Paulo.
UN TEST POLÍTICO IMPORTANTE
Para la jefa de Estado los comicios del 7 de octubre son, en rigor, el primer test de su gobierno iniciado en 2011 y una derrota en Sao Paulo del PT podrá significar un serio traspié político y poner en cuestión su reelección en 2014, comentan algunos analistas.
Y es difícil la situación de Fernando Haddad , el candidato petista en Sao Paulo, ya que no sólo es superado por Celso Russomanno sino que está tercero en los sondeos.
Por ello, Rousseff resolvió participar en la campaña de pleno, grabando anuncios televisivos para respaldarlo y participando personalmente en la campaña de Sao Paulo, consignaron fuentes gubernamentales en la cadena Globo.
Paralelamente el opositor Partido Demócrata ha denunciado que Rousseff anunció en el Día de la Independencia la reducción del precio de la energía sólo con fines electorales, y que ha puesto al servicio del PT "la máquinaria del gobierno".
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