Busca la fórmula de recibir ingresos por visitas organizadas. El templo sufre «estrés por acumulación de visitantes»
La Catedral puso ayer sobre la mesa dos cuestiones de rabiosa actualidad: la petición de disculpas y la constatación del mal trago económico por el que pasa. Daniel Lorenzo, canónigo y presidente de la Fundación Catedral reconoció que no se alcanzó «el nivel suficiente para garantizar la seguridad» sobre el patrimonio y también sobre «las aportaciones de los fieles». Pero también recordó que la Catedral sigue siendo un centro de culto, a diferencia de la mayoría, y que está abierta en un horario más amplio que cualquier monumento europeo, y sin pedir entrada.
Aseguró que la seguridad se ha mejorado, pero que, para cumplir los niveles que marca el propio Plan Director, debería destinarse a este capítulo 400.000 euros al año, cuando actualmente cuesta 103.000. En el mes de julio se contrató un guardia de seguridad 24 horas «que va a costar 130.000 euros al año».
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